Editorial

 ¡Viva la Patria!

 ¡Viva la Patria!

Una República Dominicana cuya soberanía ha  sido zarandeada muchas veces por extranjeros y nativos a lo largo de su accidentada historia y que en otras tantas ha sabido  defenderla con sangre, fervor y sacrificio merece hoy celebrar con el mayor de los orgullos el 168 aniversario de su Independencia Nacional.

Juan Pablo Duarte y los trinitarios confirieron permiso al gentilicio nacional al doblar sus rodillas sólo para implorar a Dios, vocablo sagrado de fe colocado en lo alto del escudo dominicano como faro divino para que alumbre por siempre el compromiso y la vocación  de preservar la  Patria y  la libertad.

Aunque la inconclusa empresa duartiana ha  sido  infectada  por la traición y el servilismo de falsos apóstoles que han vendido o arrendado la dominicanidad por temor a sostenerse por sí mismos,  por  abyecta corrupción o  algún título nobiliario, los buenos y verdaderos dominicanos  han derramado una y otra vez sangre generosa para que  el lienzo tricolor se abrace con  vientos de libertad.

La gesta del 27 de febrero de 1844 está a la altura histórica de las más grandes epopeyas independentistas de América, porque  el trabucazo de Mella estuvo precedido de una intensa  labor de organización y reclutamiento y posteriormente de una guerra  desigual contra un Ejército de ocupación que llevaba 42 años de formado y forjado.

Sin hacer caso a escribidores de pesimismos y desalientos, que desdibujan la historia para presentar al dominicano como temeroso y sumiso frente al látigo opresor, por justicia y verdad se proclama que este pueblo mil veces glorioso  ha sabido levantarse en armas cada vez que el suelo patrio ha sido mancillado por botas extranjeras.

De gloria y triunfo está repleto  el largo pasillo de 168 años de la historia nacional como lo cuentan los cronistas de  las batallas del 19 y 30 de marzo, de Cachimán, Cambronal, Capotillo y otros tantos episodios de arrojo, valor y coraje, que consolidaron la Independencia o  restauraron la República.

Los hijos de Duarte, además de la ocupación española y de  las excursiones de franceses e ingleses, han  enfrentado dos invasiones del Ejército más poderoso de la historia y  algunos patriotas como Cayo Báez y Gregorio Urbano Gilbert les  asiste la gloria de  combatir en  esas dos epopeyas.

Hoy, efeméride de la Independencia Nacional, es también día del orgullo  dominicano, por lo que todo hijo de esta tierra está en deber de  colocar la bandera tricolor en los frentes de sus hogares en señal de  gratitud y respeto a todos los patriotas que  ofrendaron vidas y bienes en defensa de la soberanía y de la libertad. ¡Viva la República Dominicana!

El Nacional

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