Aida Trujillo Ricart
http://aidatrujillo.wordpress.com/
Propósitos para el año nuevo
Con el comienzo de un año nuevo solemos plantearnos cambios, propósitos nuevos en nuestras vidas, para crecer interiormente, mejorar como personas y, en consecuencia, sentirnos mejor con nosotros mismos. El problema radica en que muchas de estas intenciones, que se repiten año tras año, finalmente se quedan en eso, en buenas intenciones que no logramos cumplir porque las tomamos de forma poco reflexiva.
En momentos de cambio, como es el final de las vacaciones navideñas, nos proponemos el dar un giro a las costumbres que deseamos adquirir y/o desechar. Al llegar estas fechas programamos lo que queremos y qué podemos hacer para conseguirlo. Algunos de estos propósitos pueden ser: Mejorar nuestra salud, ir al gimnasio, practicar algún deporte, empezar una dieta. Dedicarnos más tiempo para nosotros mismos.
Adquirir más conocimientos intelectuales, tales como realizar cursos de idiomas, informática, leer libros, etc… Incluso podemos plantearnos realizar una carrera universitaria. Mejorar nuestra actividad laboral, incluso cambiando de trabajo para aumentar nuestro salario. Vivir en una casa mejor. Renovar nuestra relación de pareja o realizar actividades en las que tendremos ocasión de encontrar una.
Optimizar nuestras relaciones familiares y amistosas. Para no fracasar en el intento, pienso que es importante tener claro lo que realmente deseamos y cuáles son las posibilidades de alcanzar nuestros objetivos. Si nos dejamos guiar sólo por un ideal es muy probable que nunca lo alcancemos.Por ello es trascendental el darse un tiempo para reflexionar de forma realista.
No obstante, los propósitos de cambio son señales de salud y autoestima.
Lo que no es positivo es hacer planes inalcanzables, aplastantes, que no tengan suficientes posibilidades de conseguirse. Si no lo logramos, pueden frustrarnos y minar la estima que nos tengamos. Hay que indagar para encontrar motivaciones en lo que se quiere emprender porque, si no, puede no tener ninguna por sí misma. Hay que procurar convertir las intenciones en un estilo de vida y, si suponen un enorme esfuerzo, limitarlas a una duración determinada, sin forzarnos excesivamente para no terminar abandonándolas.
No hay nada mejor que trabajar para eliminar lo negativo. Sin embargo, uno de los motivos por los que resulta dificultoso cumplir las miras de año nuevo es que solemos crear una lista muy extensa que luego no podemos cambiar. Por ello, es necesario centrarse en algo verdaderamente importante y convertirlo en un único propósito, eligiendo el que realmente estimule personalmente y no por presiones externas. Asimismo es bueno tomar medidas para recordar ese propósito, ya sea, por ejemplo, pegándolo en la nevera, en un post-it, etc. Lo cierto es que es una buena estrategia escribir el proyecto en algún lugar visible y recordarlo de vez en cuando.
No olvidemos que cualquier cambio, por pequeño que sea, requiere planificación y esfuerzo. Recordemos que la clave es elegir pocas metas, escogiendo lo que sea primordial para uno mismo. Que hay que dar pequeños pasos y que para lograr lo que se quiere siempre habrá que esforzarse, no hay excepción a esta regla.
Aída Trujillo Ricarthttp://aidatrujillo.wordpress.com/

