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Voces y ecos

Voces y ecos

Rafael Peralta Romero

De ministro a conserje

Es legítimo que ministros y otros servidores quieran la reelección, por otro cuatrienio, del presidente Luis Abinader. No es prudente, sin embargo, proclamarlo desde ahora cuando el Gobierno cumple escasamente siete meses de instalado, asediado por una crisis sanitaria y otros escollos dejados por la administración PLD.

Lo que procede es trabajar intensamente para que se cumplan los planes del Gobierno de mejorar íntegramente la sociedad dominicana, aquejada de múltiples carencias y desigualdades. El propio mandatario ha precisado que los esfuerzos oficiales deben encaminarse a combatir la pandemia de covid-19 y a crear empleos.

A ministros, directores y administradores del Estado corresponde trabajar y hacer trabajar a sus colaboradores para que este Gobierno siga marcando la diferencia con sus predecesores. Haberse diferenciado del estilo corrupto del PLD y sus funcionarios constituye de por sí un logro significativo para el actual Gobierno. Eso es lo que demandan las circunstancias.

Mejor que promover la reelección ha de ser el desplegar esfuerzos para conseguir que los ciudadanos pidan la continuación de Abinader o al menos lo deseen. Estemos claros: eso solo se logra con el cumplimiento de las promesas de campaña y atendiendo el sentir del pueblo para convertirlo en acciones de Gobierno.

El pueblo otorgó a Luis Abinader y al Partido Revolucionario Moderno la oportunidad de gobernar, y la mejor forma de aprovecharla es siguiendo la línea programática trazada por el mandatario, priorizando la transparencia, austeridad y dedicación al servicio. Al Gobierno se va a servir, aunque ejemplos recientes indiquen lo contrario.

A otros gobernantes le ha dado resultado el uso de triquiñuelas, el clientelismo, retorcimiento de las prácticas políticas y actuar contra toda ética, sin un mínimo asomo de vergüenza. La gente se asqueó de ellos y por eso le dieron el triunfo al PRM y Abinader, su candidato presidencial. Sus pasos iniciales han incrementado el entusiasmo.

Por ejemplo, han gustado mucho a los dominicanos las actitudes del mandatario ante la elección de los miembros de la Junta Central Electoral, unos integrantes del Tribunal Constitucional y muy recientemente los de la Cámara de Cuentas. Parecía imposible que esto ocurriera sin la descarada injerencia del Poder Ejecutivo.

Creo que a Luis Abinader solo se le tolerará ganar de nuevo tras un ejercicio limpio del poder, y a partir del resultado favorable de su obra de Gobierno. El pueblo tiene confianza en Abinader y hay que satisfacer sus aspiraciones. Trabajar arduamente es el imperativo de la hora. Esto va para todos los servidores públicos, desde ministro hasta conserje.

Por: Rafael Peralta Romero

rafaelperaltar@gmail.com

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