Los vecinos de Gualey afirmaron que impidieron hoy el reinicio de los trabajos para la extensión de la segunda línea del Metro de Santo Domingo, por temor a nuevos accidentes como el de ayer, en que una mujer resultó herida al desplomarse sobre varias viviendas un canasto de varillas de 180 pies que se utilizará en una de las columnas de la obra. La señora Dahiana Contreras, quien habló a nombre de los moradores, dijo que obstruirán los trabajos que realizan las compañías contratistas de la Oficina de Planificación para el Reordenamiento del Transporte (OPRET) hasta que se autorice su desalojo del lugar.

“Aquí no van a dar un golpe más”, sentenció la dirigente comunitaria. Deploró que a pesar del accidente de ayer, las autoridades de la OPRET no hayan acudido al lugar y que sería este jueves que lo harían. “No queremos más promesas ni que nos arreglen las viviendas que resulten agrietadas por los trabajos. Queremos que nos desalojen, porque no nos vamos a exponer a más peligros”, advirtió Contreras.

Francisco Alberto Vásquez Gerónimo, suegro de Virginia Castro, madre de la niña de con 21 días de nacida que resultó con una herida en la cabeza por la caída del canasto de varillas, dijo que ésta y la bebé están fuera de peligro en el Hospital General Plaza de la Salud.

“Virginia y la niña fueron trasladadas por los vecinos al hospital Luis Eduardo Aybar (Morgan), pero la OPRET dispuso que las refirieran a la Plaza de la Salud y allí les han brindado buena atención. Estamos satisfechos con las atenciones brindadas por los ingenieros Diandino Peña y Leonel Carrasco”, declaró Vásquez Gerónimo. La mañana de este jueves, el canasto de varillas con grosor de pulgada y media y un largo de 180 pies, era levantado por la misma grúa a la que se le zafó la mañana del miércoles.

El armazón de acero aplastó dos motocicletas marcas CG-150 y Zuzuki, propiedad de Milton Pérez y Alex Pérez (Evo), y las viviendas de Austria Pérez, Luciano Pimentel, Eduardo Ramírez, Dahiana Contreras y de otras tres familias, además de afectar parcialmente otras siete casas.

Los vecinos de las familias afectadas también se quejaron de que debido a los trabajos, muchos no pueden dormir por los ruídos de los equipos pesados y los golpes que producen durante el día y las noche. Expresaron temerosos, que si el canasto de varillas se hubiera desplomado en la madrugada, habrían sido decenas los muertos y heridos, “pero Dios intervenido que no fuera así”, añadieron.

La reacción

Tras el accidente, los vecinos airados rompieron el cándado y la cadena de la puerta que da acceso a la oficina de ingenieros contratistas de la obra, “Yellow, Imágenes y Arquitectos”, apedrearon vehículos y el furgón, destruyendo sus cristales y causándoles otros daños. Debido a los incidentes, la Policía se vio obligada a hacer varios disparos al aire para contener la ira de los moradores que iniciaron la agresión y con pancartas exigían la presencia de los autoridades de la OPRET, para que dispongan su desalojo.