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Festival de los bueyes rojos y azules de Brasil clausura su año más difícil

Festival de los bueyes rojos y azules de Brasil clausura su año más difícil

Parintins, (EFE).- El Festival de Parintins, históricamente conocido en Brasil por las rivalidades que generan sus dos bueyes protagonistas y uno de los mayores festivales folclóricos del mundo, celebró su 51 edición pese a su precaria economía, amenazada este año por la crisis del país.

Esta festividad, que se celebra el último fin de semana de junio, consiste en una batalla de bailes e interpretaciones entre los seguidores de los bueyes Caprichoso (de color negro y azul) y Garantido (blanco y rojo) para mostrar qué afición representa de la forma más original una leyenda del nordeste de Brasil.

A través de 21 etapas, ambos equipos deben narrar mediante bailes y canciones, cómo un campesino mata y corta la lengua del mejor buey de su jefe por un antojo de su esposa embarazada e intenta resucitarlo cuando el señor de la hacienda se entera y amenaza con matarle.   La clave de este festival es que, aunque “cada año es la misma leyenda, hay que representarlo de forma diferente”, explica a Efe Mencius Melo, asesor de la organización.

Esta edición se convirtió en la más difícil de la historia del festival cuando, apenas hace 20 días, el Gobierno estatal anunció que retiraba el presupuesto público por la crisis que atraviesa la región.

Las 4.000 personas que participan en la organización han puesto de su bolsillo los 15 millones de reales (unos 4,2 millones de dólares) que ha costado esta edición que, además, ha tenido menos público del esperado porque muchas de las reservas se cancelaron ante la posibilidad de que no se realizara el festival tras la decisión de la administración del estado de retirar la subvención.

Pese al recorte, la convocatoria concluyó esta madrugada con lágrimas de alegría y cerca de 25.000 asistentes al acto final en el “Bumbódromo”, como se conoce al recinto con forma de cabeza de buey donde desfilan decenas de carrozas que evocan animales y deidades ante los jueces que eligen al ganador.

Aunque en el festival de Parintins “el espectáculo está en las ‘arquibancadas’”, explican los organizadores, ya que la actitud del público también cuenta en la decisión.   A pesar de que tiene puntos en común con el internacionalmente conocido carnaval de Río de Janeiro, durante esta festividad la protagonista no es la samba sino el boi-bumbá, una rítmica danza que se utiliza para relatar la mítica muerte y resurrección del buey de la leyenda nordestina.

El festival, que comenzó como una fiesta popular a mediados de la década de los 60 del siglo pasado, atrae ahora a visitantes brasileños y extranjeros que no dudan en vestirse de los colores de sus bueyes favoritos, Caprichoso o Garantido.

El Nacional

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