Hermanas Mirabal
Santo Domingo.- ¿Tiene sentido hoy día seguir celebrando, o lamentando, el Día Internacional de la Eliminación de la violencia contra la Mujer, si se siente repetir tal cual el mismo círculo de sangre, dolor, ofensas, arremetidas machistas perfumadas de legislación “nueva” que consagran los preceptos más atrasados y patriarcales?
Al constatar que en el país (en el cual, para 2021, entre enero y agosto, las cifras de la Procuraduría General de la República indicaban que tenemos 42 mujeres asesinadas, y mientras se procura oficializar en el nuevo código penal el derecho del marido a violar su mujer porque es “su mujer” y mantener penalidades contra el aborto en dos circunstancias o causales, hay que preguntarse: ¿Vale la pena celebrar?
Se cumplen ahora 40 años de la declaración que oficializó como tal el 25 de noviembre fecha del asesinato de las Hermanas Mirabal, desde aquel 1981 cuando se celebró en Bogotá, Colombia, el Primer Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe, que ya tenía entre sus objetivos designar un día como el de No a la violencia.
La propuesta de la fecha 25 de noviembre fue de Angela Hernández y asumida por la delegación dominicana, entre quienes estaban Magaly Pineda (la indudable líder de ese movimiento en el país y quien llamó a respaldarla), junto a Sergia Galván, Delcy Aldebot, Virginia Álvarez y Mariví Arregui, entre otras mujeres cuyos nombres sería importante rescatar. La plenaria del encuentro acogió el concepto y lo promovió como una de sus principales conclusiones, siendo la que más ha permanecido en el tiempo.
El crimen de las Mirabal por sus características políticas y de barbarie contra tres mujeres que rechazaban una dictadura, tenía todas las condiciones para ejemplificar la lucha contra la violencia a las mujeres. Antes de ese encuentro en Colombia no había una conmemoración similar. Arrancaba la segunda ola del feminismo en el continente.
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19 años más tarde, el 17 de diciembre de 1999, la Asamblea General de las Naciones Unidas designó el 25 de noviembre como el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, con una invitación a los gobiernos y las sociedades a sensibilizar al público respecto del problema en este día como una celebración internacional.
Al cabo de este proceso de 40 años y tanta sangre y agresiones de todo tipo, cualquiera se pregunta: ¿Qué podemos celebrar?
