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29 de abril

29 de abril

Chiqui Vicioso

Cuentan que desde muy temprano del día 29 de abril del 1965, la gente se enteró de que por Haina estaban desembarcando botes anfibios y de que marinos norteamericanos avanzaban hacia la capital.

De pronto, el cielo se llenó de helicópteros que transportaban artillería pesada hacia San Isidro y el asombro se expandió como pólvora cuando tanques de guerra y cañones volaban por el aire, algo que solo se había visto en las películas de la Segunda Guerra Mundial.

El primer objetivo de las fuerzas invasoras fue establecer un “cordón de seguridad” desde el aeropuerto de Santo Domingo hasta el palacio de la policía y cercar a las fuerzas militares constitucionalistas que luchaban por el retorno de Juan Bosch. Casi todos los lideres militares de esas fuerzas, hijos de viejos militares de alto rango, de familias de la clase media y alta del país, se habían formado en Academias Norteamericanas y hablaban inglés.

Las fuerzas de ocupación habían producido un listado de “53 comunistas” que se habían “apoderado” del movimiento constitucionalista, cuyos nombres difundieron desde los helicópteros hacia la población civil. 53 “comehombres” que había que combatir con 42,000 marines, en un promedio de 8,000 marines por cada uno.

El llamado “cinturon de seguridad” conllevaba los bombardeos a la población civil de la zona colonial y Ciudad Nueva, y pronto, en su inocencia, la gente subió sus espejos a las azoteas para “cegar a los pilotos”, algo que hoy, con los drones, suena a chiste.

Los primeros bombardeos dejaron cientos de muertos, pocos si se comparan con el millón de muertos iraquíes; los 30,000 argentinos; los 7,000 chilenos; los cientos de miles de Centroamericanos y los centenares de miles de Colombia, pero una enormidad para una media isla con apenas ocho millones de habitantes.

Por eso, no importa si usted es un dominicano o dominicana de ultraderecha, derecha, de centro, o de izquierda, si usted es un dominicano o dominicana “Duartista”, “Sanchista”, o “Santanista”, Bochista o Balaguerista; usted no puede permitir que se mancille un día como hoy, 29 de abril, que debería ser de luto nacional, invitando a Ivan Duque, un presidente colombiano de ultraderecha que hoy figura con 84% de rechazo en las encuestas de su país; a dar una conferencia en el Congreso “Nacional”.

Es una doble afrenta, que entierra al Congreso (y por la cual responsabilizamos a Pacheco, y al ingeniero Estrella), que no se puede permitir, aunque este gobierno tenga deudas impagables con el jefe de la CIA de Trump, Pompeo, y que no olvidaremos.

Llegara el dia en que como la poeta nacional de Puerto Rico cantaremos: Cuando las multitudes se levanten iremos entre ellas…