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36 años seducida por el teatro

36 años seducida por el teatro

Con sus textos atractivos y desafiantes, la emoción que provoca el meterse en la piel de un personaje y contar su historia siempre diferente, el teatro sedujo a la actriz Dolly Martínez, quien se ha mantenido enamorada de estos encantos y las maravillosas experiencias que le brindan las tablas.

“Me inicié por accidente con Hildita de Mañón de instrumento divino y me apasioné con cada nuevo proyecto. Cada aspecto ejercido en el teatro es cautivante.

He aprendido del teatro sobre la vida, de las personas y las relaciones, que cada día es una nueva oportunidad de aprender, de mejorar, de aceptar, respetar y hasta tolerar. Todos tenemos nuestra historia, nuestra verdad y nuestra forma particular de contarla. Los mayores errores se originan en el miedo, en la ignorancia”, dijo.

Martínez, quien ha participado en obras como “Acorde final”, “No estoy para nadie”, “Magdalena”, entre otras reconocidas puestas en escena, se mostró feliz de celebrar 36 años en el teatro, afirmando que estos han sido años llenos de satisfacción.

La destacada intérprete que ha sido dirigida por admirados directores del teatro dominicano como Germana Quintana, Manuel Chapuseaux, entre otros, manifestó que aunque en estas más de tres décadas y media en escena ha logrado madurar y priorizar, le falta seguir aprendiendo. “Como dijera René Descartes: ‘Daría todo lo que sé por la mitad de lo que ignoro», agregó.

“Nosotras que nos queremos tanto”

Dolly se encuentra en este momento actuando en la obra “Nosotras que nos queremos tanto”, bajo la dirección de Quintana, la cual describe como una enorme experiencia.

“Participar en esta obra es maravilloso. Es un placer lo que se vive cada noche cuando se levanta el telón hasta cuando baja. Doña Germana Quintana es una extraordinaria directora, experta seleccionando las obras teatrales, el elenco y logrando excelentes resultados”.

Destacó que “en esta obra las cuatro actrices que participamos logramos tocar el corazón y la mente del espectador. La risa, el drama, la sorpresa, el análisis y el darte cuenta de que al menos un personaje te recuerda a alguien cercano, hacen de esta obra un espectáculo teatral para disfrutar.

Cada noche, una sala remozada con gran cantidad de espectadores, se ilumina con las caras de alegría y satisfacción de este público que aplaude y al que le llevo un mensaje, una verdad”.