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Abinader y el PRM

Abinader y el PRM

Juan TH

Es bien conocida mi preocupación por las aspiraciones presidenciales que se desataron en el Partido Revolucionario Moderno (PRM) tan pronto el presidente Luis Abinader anunció, apenas asumió la jefatura del Estado por segunda ocasión consecutiva, que no se postularía por tercera vez, respetando el mandato constitucional que permite un período y la posibilidad de reelección, como ocurre en otros países, principalmente en Estados Unidos.

Tan pronto Abinader dijo que no iría más, comenzaron a surgir las aspiraciones de importantes funcionarios, en muchos casos con abundantes recursos de origen o legitimidad desconocida, sin que nadie, ni dentro del partido ni dentro del gobierno, los investigara.

Lo mismo sucedió durante el mandato de cuatro años del presidente Hipólito Mejía, cuando cinco ministros y un número indeterminado de dirigentes del Partido Revolucionario Dominicano (PRD) aspiraban a la candidatura presidencial sin ponerse de acuerdo para seleccionar un único candidato, como lo propuso en su momento el propio presidente Mejía.

Los resultados los conocemos todos: el PRD, que tenía más de un “Caballo de Troya”, perdió las elecciones y debió salir del poder, dando paso nuevamente al expresidente Leonel Fernández y al Partido de la Liberación Dominicana, que se mantuvo en el gobierno durante 16 largos años, dando inicio a “La era del PLD” o la “peste morada”, que convirtió el país en un revolcadero de cerdos maloliente.

La historia parece repetirse. Ojalá esta vez no sea como tragedia, como ha sucedido en otras ocasiones.

El anuncio de la vicepresidenta Raquel Peña, a quien el presidente Abinader le ha otorgado una preponderancia extraordinaria en su segundo mandato, añade más incertidumbre a la lucha interna.

(Debo decir que Raquel ha sido una agradable sorpresa para el país, ejerciendo su función de segunda al mando de la administración pública con responsabilidad, capacidad y honestidad.

Lo ha hecho bien, sin duda. Como mujer, como ciudadana y como miembro del partido de gobierno, tiene plena competencia y derecho a aspirar a cualquier cargo, incluyendo la Presidencia de la República. Sin embargo, su decisión agrega un problema adicional al PRM y al presidente Abinader).

Mi mayor preocupación en estos momentos no es el anuncio del “sueño” de la hija de mi buen amigo Leocadio Peña, a lo que, como he dicho, tiene el derecho constitucional de aspirar.

Mi mayor preocupación son las declaraciones del presidente Abinader al afirmar que no se inmiscuirá “en esos asuntos”, ni ahora, ni antes, ni después.

Presidente Abinader, creo que su posición es equivocada. Si alguien debe inmiscuirse en los asuntos de las aspiraciones presidenciales dentro del PRM y del gobierno, es usted.