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Aborto: moral y legítimo

Aborto: moral y legítimo

Susi Pola

Se ha desatado la actividad preelectoral y releccionista, y la gente, se manifiesta cansada de la doble moral en la que vive. Hay mejor entendimiento -y mucho cansancio- en las comunidades.

La ciudadanía/pueblo, ha avanzado más que quienes representan poderes que administran la democracia y ya, las entrevistas que no se preparan y manipulan, y las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, lo muestran.

La dicotomía aplicada circunstancialmente, el doble parámetro para medir a conveniencia, la doble moral asentada, es el enfoque “conservador y tradicional”, resistente a cualquier cambio, fundamentado en estructuras tan frisadas y cementadas como injustas para la mayoría.

En esta hipocresía funcionamos, siendo exigentes con las reglas llamadas “naturales” que normalizan conductas que convienen a quienes dominan, apoyadas en la religiosidad vacía, manipuladora y empresarial, con enfoque sexista, misógino y homofóbico, clasista y racista/etnicista, totalmente exclusivo, a pesar de hablar de la inmensa generosidad y amor inclusivo de un Dios que solo usan para el negocio.

Doble moral tolerante cuando se trata de poder, dinero, dominio, exclusividad de los pocos, adláteres sociales para atracar con guantes blancos y reírse por generaciones de la gran mayoría que mantienen adocenada con estúpidos discursos y promesas y a la que “migagean” de vez en cuando.

Decía el Jesuita José Ma. Castillo que, “los manuales de filosofía y de ética explican que no es lo mismo ley “natural” que ley “positiva”.

La ley “natural” está inscrita en la naturaleza del ser humano por el solo hecho de serlo, es natural respirar, tener hambre, sufrir, morir. La ley “positiva” brota, de una “autoridad” (religiosa, civil, militar). Si la autoridad es religiosa, la ley se percibe por la “fe”.

El acto religioso no es nunca una “necesidad natural”, es siempre una “creencia libre”. Si deja de ser libre, deja de ser meritorio y deja de ser religioso. Por ejemplo, no se puede decir que los “diez mandamientos” pertenecen a la ley natural. Los diez mandamientos pertenecen a la Ley de Moisés”.

El aborto es moralmente legítimo y exigido, dice el Teólogo Metodista Roy H. May, al menos bajo ciertas circunstancias y como una intuición ética, se debe aprobar, y aun exigirlo, para salvar la vida y asegurar el bienestar de la mujer embarazada, en caso de violación e incesto y también en el caso en que el embrión padezca un mal congénito incompatible con la vida.

Por lo menos qué, en nombre de Dios, no se negocie con la vida de las mujeres.