Opinión Articulistas

Acción de agradecer

Acción de agradecer

Alberto José Taveras

Si hay algo que engrandece el alma y llena de satisfacción plena es la acción de agradecer. Ser agradecidos hace valorar lo que se tiene, apartando así el ego y dando paso al ser excelso que habita en cada uno de nosotros como hijos de la creación.

Precisamente hoy jueves se celebra en varios países el Día de «Acción de Gracias, Thanksgiven», que es una fiesta nacional celebrada en Estados Unidos, Canadá, Brasil, en algunas islas del Caribe, Liberia y por comunidades de inmigrantes de estadounidenses en Centroamérica e Israel, con la finalidad de dar gracias a Dios por la bendición de la cosecha y del año anterior.

En la actualidad esta festividad es celebrada el cuarto jueves de noviembre en los Estados Unidos y Brasil, y el segundo lunes de octubre en Canadá. Su historia en América del Norte tiene como origen, las tradiciones norteamericanas que datan de la reforma protestante.

Es una de las vísperas que genera más movimiento de viajeros en los aeropuertos ya que muchos miembros de las familias viven en otros estados o países haciendo de esta celebración un festival de afectos y una gran oportunidad de reencontrarse, compartir y avivar la llama del amor, solo superado por la celebración del Día de la Navidad, donde celebramos el nacimiento de Jesús, Dios entre nosotros. A pesar de que ésta es una celebración extranjera, en nuestro país ya muchas familias con lazos en esos países también festejan este día.

Cabe destacar que mediante la Ley 6038, promulgada en septiembre del 1962 por el presidente a la sazón, Rafael F. Bonnelly, del Consejo de Estado, se sumó al país a esta celebración del «Thanksgiving Day, Día de Acción de gracias», el cuarto jueves del mes de noviembre de cada año.

Que todos los días sean de Acción de Gracias, de agradecer por la vida, por nuestros padres y por nuestros seres queridos, por el milagro de nacer y ser testigos de la creación, de tener el privilegio de los sentimientos y hacer de cada experiencia, de cada prueba, de cada logro un camino de aprendizaje y de superación, una catarsis existencial intensiva, donde el amor sea la llama que impulse nuestras acciones y nuestras metas. Hagamos de este día y todos los días una acción de agradecer.