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¡Admiro y respeto el fanático del béisbol!

¡Admiro y respeto el fanático del béisbol!

Héctor García

La participación del equipo de República Dominicana en el Quinto Clásico Mundial de Béisbol ha sido desafortunada y ha motivado todo tipo de análisis de técnicos, cronistas deportivos y una parte muy importante: el fanático.

Muchos critican y no aceptan las opiniones de los fanáticos, pero al sector que presto más atención es a este último, porque lo respeto, por ser vital en la vida del deporte y de forma especial, en el caso que nos ocupa, el béisbol.

¡El fanático del deporte solo sabe ganar!
El fanático del béisbol, además es analista y compara los hechos del terreno con lo sucedido algún día, en la época que “él jugaba pelota”.

Se trata de un fanático difícil, pues a diario y durante una temporada completa inicia sus discrepancias con el mánager y su cuerpo técnico desde que se conforma la alineación. Luego se pasa todo el juego dirigiendo desde las gradas, o el lugar donde se encuentra y si el resultado del partido no lo favorece, “hace saber, ahora por redes sociales, lo que tenía que hacer el dirigente”.

Para quien esto escribe, ese estilo del fanático tiene su moraleja, pues ese sector, se las arregla para cubrir sus gastos y estar presente en los eventos, llámese torneos de la Liga Dominicana (LIDOM), Serie del Caribe y ahora el Clásico Mundial.

Las estadísticas de las grandes ligas lo confirman, y vimos los centros de diversión y tiendas de la ciudad de Miami abarrotados de dominicanos.

Ese importante apoyo lo valoro, razón por la cual, respeto todo lo que han dicho y siguen diciendo luego de la derrota sufrida en el Clásico Mundial de Béisbol.

En cuanto a los profesionales del área, es mucho lo que se dice de la forma de dirigir de Rodney Linares, entre ellos, que no sustituyó bateadores en turnos importantes de los juegos y tampoco usó los
hombres apropiados en los partidos celebrados.

Dicen que jugó más a los que pertenecen a la organización de Tampa, donde trabaja y que no colocó a estrellas de la intermedia y el siore, hombres más veterano y cotizados que los colocados.

Se habla que esto trajo hasta discrepancias entre varios peloteros y el dirigente Linares y se comenta en círculos cercanos al equipo hasta de una supuesta pelea en el Club House, antes del juego donde Puerto Rico nos eliminó.

Se vocifera de mala manera, que el Gerente General no debió ser un jugador, Robinson Canó debió ir como coach y en vez de dos, debieron ser tres los receptores.

Respeto esos análisis críticos y me inscribo dentro de los que creen
que el juego de pelota se gana haciendo más carreras que el contrario y para producir las mismas hay que batear.
Nuestras jóvenes estrellas, que llamaron la atención principal del Clásico, no consiguieron hacer lo que ellos saben hacer: batear.

¡No se bateó y no se ganó!
¿Quiénes fueron los culpables? Esa pregunta nos mantendrá analizando por varios años la derrota que aún no asimilamos.

Nuestro respeto a la Federación de Béisbol que
preside Juan Núñez, al gerente general, Nelson Cruz; al dirigente Rodney Linares y a todos los que trabajaron fuertemente, estructurando un equipo que todos en el universo beisbolero lo dimos como favorito, pero sencillamente, no pudo hacer el trabajo.

Por: Héctor García
hectorgarciasr@gmail.com

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