Carta de los Lectores Opinión

ADP y Educación

ADP y Educación

El presidente de la Asociación Dominicana de Profesores (ADP), Eduardo Hidalgo, dijo recientemente que el nivel de la educación impartida en el país no se corresponde con las necesidades de la población, y la gente está en aparente acuerdo con eso.

Pese al 4% del Producto Interno Bruto (PIB) que desde hace nueve años recibe el sector educativo, no hay mejoras que se puedan exhibir, al contrario, las estadísticas reflejan las deficiencias y debilidades “graves” que perjudican en todos los sentidos a los estudiantes, lo que conduce al país a un destino incierto.

Escuelas sin terminar, muchas otras en condiciones que dificultan impartir docencia, son solo algunos elementos para los que no hay una justificación, porque dinero hay. De igual modo, Hidalgo manifestó que la culpa de la poca calidad educativa no es solo de los maestros y aunque en eso también tiene razón, se debe destacar que ya los profesores de hoy día contrastan bastante con los de generaciones anteriores.

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Maestros comprometidos con la enseñanza, hombres y mujeres con respeto y amor a su oficio, y sobre todo calificados para enseñar. Abundan en las escuelas profesores sin vocación, escaza paciencia y sin preparación académica pese a tener un título universitario. Se debe encontrar el origen de este mal y trabajar en conjunto para eliminarlo. La República Dominicana tiene niños y adolescentes con capacidades extraordinarias que deben ser pulidas y explotadas, encaminadas en dirección de desarrollo.

En este plano, los padres y tutores juegan un papel fundamental, porque forman parte del engranaje educativo. Otra parte de la educación se imparte en casa y allí se aprende a ser responsables y comprometidos en cuanto a enseñanza-aprendizaje se refiere.

Es innegable, para tener una educación de calidad hay un trecho considerable que recorrer, pero no es imposible, siempre se necesitan recursos y voluntad y si lo primero ya está, aunque nunca será suficiente cuando de formación se trate, por algo se empieza. Faltaría aunar esfuerzos, unir voluntades, fijarse un mismo objetivo, no tirar cada quien por su lado buscando sus propios beneficios, mucho menos se trata de buscar culpables, el país ha perdido mucho tiempo en esos “ dimes y diretes”, mientras la población estudiantil adolece.

Atentamente,
Yesika Florentino,
Periodista