Carta de los Lectores

Hato Viejo en retroceso

Hato Viejo en retroceso

En un rincón de la provincia Santo Domingo se encuentra el distrito municipal Hato Viejo, una comunidad rural donde los campos de caña de azúcar y la ganadería primaban su economía, pero con los años, al igual que en muchos otros lugares del país, éstas casi han desaparecido.

Quienes visitan esta localidad admiran la tranquilidad y seguridad que aún conserva y que le hace propicia para casas de veraneo o fincas. Sin embargo, es innegable la pobreza que se hace presente cada vez con más fuerza.

La mayoría de sus habitantes se quejan del escaso, por no decir “nulo”, interés de las autoridades locales en trabajar por el desarrollo de la comunidad que desde hace varios años pareciera estar sumida en un limbo, sin acceso a un servicio eficiente de primera necesidad, sin líderes políticos ni comunitarios que gestionen por el bienestar común.

Hato Viejo no tiene quien le duela, es lo que parece y la mayoría se pregunta a dónde van a parar los recursos que llegan a la Junta del Distrito Municipal, porque aunque las autoridades digan una cosa, la realidad que se percibe es muy distinta.

Muchos de sus jóvenes apenas terminan el bachillerato, y es porque al menos cuentan con un centro educativo que les brinda tres opciones de formación técnica, pero luego de ello las oportunidades para seguir formándose a nivel profesional se esfuman, pues no cuentan con recursos económicos para trasladarse a la capital, donde deberían seguir estudiando.

Algunos optan por emplearse en zonas francas; las mujeres, en su mayoría, emigran a la capital para emplearse en servicios domésticos; otros se convierten en “nini”, en cualquiera de los casos, seguir estudiando ya no es una opción, no a corto plazo.

Sumémosle el deterioro de su carretera, la falta de iluminación, el pobre servicio médico disponible para la población que los obliga a trasladarse a otros centros de salud pese a que les quede muy lejos y resulte muy costoso.

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Además del ineficiente servicio de transporte, la irregular recogida de basura que lleva a muchos a quemar sus desechos sólidos, lo que no es nada bueno para la salud ambiental, entre otros tantos servicios que por básicos que parezcan, marcan una diferencia.

Lo cierto es que mientras el país se esfuerza en avanzar y conseguir el desarrollo anhelado, Hato Viejo está en retroceso.
Yesika Florentino,
periodista