La sociedad dominicana, diezmada por una pandemia jamás padecida por generaciones presentes, pone a prueba hoy su fe, esperanza, reciedumbre, resiliencia y determinación de superar tan aciago periodo y recuperar el optimismo.
Propicia es la celebración de Nochebuena, cuando el mundo cristiano conmemora el nacimiento del Hijo del Hombre, para que se eleven ruegos al Altísimo en clamor de que la humanidad sea liberada de la covid-19 que ha contagiado a más de 78 millones de personas y causado 1.7 millones de muertes.
En República Dominicana la pandemia ha causado más de 162 mil contagios y más de 2,400 fallecimientos, además de provocar grave afectación sobre la economía, lo que ha convertido al 2020 en un año traumático de triste recordación.
Este debe ser un día de reverencia a la familia, cuyos miembros están compelidos al intercambio de solidaridad, de consuelo, de la alegría y el aliento de saber que más temprano que tarde la tormenta de angustia quedará disipada y el tiempo volverá a cobijarse en la certidumbre. A los caminos del crecimiento
No se niega que aún queda un trecho de espinas por recorrer y que el peligro de un rebrote pandémico está latente, pero es menester confiar en que la ciudadanía tomará una dosis mayor de conciencia y sensatez y respetará el protocolo de prevención contra el contagio de coronavirus.
Han sido meses difíciles desde cuando se desató aquí la pandemia y la economía cayó de bruces un 29 % del PIB y más de un millón de trabajadores formales perdieron sus empleos, pero esta noche la familia dominicana dejará atrás las angustias para retornar a los caminos del crecimiento y del progreso.
Lo aconsejable sería que la población celebre Nochebuena y Navidad en recogimiento familiar, con observancia de las medidas de prevención de la pandemia, como uso de mascarilla, lavado frecuente de manos y distanciamiento social.
El Nacional aprovecha la ocasión para enviar cálidas felicitaciones a la familia dominicana y a los visitantes extranjeros, con fervientes deseos de salud, paz y prosperidad, en la seguridad de que vendrán tiempos mejores.

