Opinión

ALGO MÁS QUE SALUD

ALGO MÁS QUE SALUD

32 años

 

Ayer se cumplieron 32 años en que fui, junto a Jorge Aguilera y Bruno Hernández, encaramados en una ruta 8 del transporte público, a juntarnos con otros 380 jóvenes que nos graduaríamos de médicos en la UASD.

Es mucho lo que ha llovido desde entonces, pero lo peor de todo es que la gran mayoría de los que allí estábamos nos estemos preguntando a donde se han ido a esconder nuestros sueños de servir, de construir un mundo mejor, de convertirnos en héroes que salvarían vidas, en especial las de los más pobres.

Estas, y otras 250 palabras constituían mi entrega de este jueves, pero horas antes de enviárselo a Casanova, Grimilda y Filo me enteré de que había muerto el director de este vespertino y me veo obligado a escribir sobre él; no porque así se me exige, ni porque quedaré bien ante el periódico y sus deudos, sino porque me lo pido a mí mismo. No es cualquiera que se ha ido, es una figura cuya vida misma es ejemplo para emular.

Muchos fueron a dar el pésame, alguno enviaron costosos ramos de flores, otros publicaron y publicarán notas luctuosas y algunas de ellas no serán sinceras, vienen de personas que en su fuero interno no le toleraron que fuera auténtico, honesto y por sobre todas las cosas: él mismo.

Recién escuché a la distinguida psicóloga Rafaela Burgos plantear en una conferencia sobre “Servicio al usuario” que habían dos cosas difíciles en la vida: ser honesto y la segunda era ser coherente. Radhamés Gómez Pepín fue coherente con lo que creía, pudo estar equivocado en algunas cosas, pero defendía lo que eran sus verdades con uñas y dientes, y hacer eso por un tiempo es encomiable, pero hacerlo por toda una vida es majestuoso, y no hay que citar a Bertolt Brecht para saberlo, pero si le agregamos que esa vida es ejerciendo el periodismo es todavía más extraordinario, porque se tiene la visión que el periodista es una pieza a utilizar, a acomodar a nuestros intereses, a comprar, pero peor aún serlo en un país como la República Dominicana, teniendo que lidiar con los Trujillo y los Balaguer, es cien veces más trascendente. Hay algo de nosotros con él que veremos en la próxima de “algo más que salud”.

El Nacional

Es la voz de los que no tienen voz y representa los intereses de aquellos que aportan y trabajan por edificar una gran nación