Pedernales.– A diferencia de años anteriores, la Semana Santa en esta comunidad fronteriza se vive con una notoria tranquilidad. La algarabía habitual que suele anticiparse desde días antes del Jueves Santo, con la llegada de visitantes locales, nacionales y extranjeros, ha sido sustituida por un ambiente de recogimiento, especialmente tras los acontecimientos ocurridos en la discoteca Jet Set, en Santo Domingo.
Tradicionalmente, los lunes que inician la Semana Santa en Pedernales marcan el arranque de la celebración popular en el Malecón. Cientos de casetas ofrecen bebidas, comidas, música y diversión a residentes y turistas. Sin embargo, este año el panorama ha cambiado drásticamente.
La comunidad vive un ambiente de reflexión y dolor, reemplazando la algarabía habitual de años anteriores
Desde el lunes pasado, la población muestra un rostro inusualmente tranquilo: no hay música, no hay fiestas, ni el bullicio característico de estas fechas. La comunidad sigue afectada por la resaca emocional y el dolor que dejó la tragedia en la referida discoteca capitalina, cuyas repercusiones se sienten incluso a cientos de kilómetros de distancia.
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Incluso, los residentes no esperan la visita de familiares que cada año llegan desde la capital, Bávaro u otras partes del país y del extranjero.