Las amnistías fiscales suelen verse por aquí como un premio a la morosidad, aunque necesariamente no sea así en todas las circunstancias.
Pero antes que una reforma, como reclaman organismos internacionales y que luce ser lo ideal, la amnistía sería más pasable y menos espinosa.
El criterio obliga a los congresistas a hilar fino sobre el proyecto presentado por el Poder Ejecutivo para declarar prescritas deudas tributarias que cumplan determinados requisitos.
La pieza contempla un tratamiento especial transitorio hasta el 20 de diciembre de este año a favor de los entes que cumplan determinados requisitos.
Aunque el proyecto se supone bien concebido de todas formas su aprobación de ninguna manera se puede festinar.
Sobre todo con un punto tan escabroso como la amnistía de las deudas tributarias estatales.
El procedimiento abreviado de fiscalización y las facilidades de pago para los que llenen los requisitos puede representar un incremento de las recaudaciones por ese concepto.
La amnistía podría tener muchos otros beneficios en el orden tributario, pero de todos modos es importante que el proyecto se discuta con la mayor amplitud.