Página Dos

Ánimos caldeados

Ánimos caldeados

Una discusión por un parqueo terminó con uno de los protagonistas muerto a balazos. Es cierto que no se trata de un primer caso, pero los antecedentes sirven precisamente de herramienta para evitar que las confrontaciones verbales tengan desenlaces fatales. Orlando de Jesús Durán Gómez, de 67 años, un coronel retirado de la Policía, ultimó a tiros a Ramón Antonio Díaz Ureña, de 42, después que discutieron acaloradamente por un parqueo en una estación de combustible de Manoguayabo. La irritación que prima en la población es uno de los principales factores que asoma en el lamentable suceso.

Es una de las lecturas que se puede dar a la tragedia, sin detenerse a averiguar siquiera cuál de los dos tenía la razón en el diferendo. Por una aparente simpleza no había que enfrascarse en una acalorada discusión y mucho menos exponer la vida. El suceso debe servir para diseñar acciones que contribuyan a rebajar la tensión que denotan homicidios como el ocurrido el domingo en Manoguayabo.

El Nacional

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