Si algo he aprendido con la edad es a confiar en los procesos, en la semilla que siembran. El 9 de marzo de 1989 (El Caribe), un grupo de muchachas poetas, integrado por Carmen Imbert, Carmen Sánchez, Sabrina Román, Dulce Ureña, Xiomara Fortuna, Mayra Alemán, Miriam Ventura, y quien esto escribe, se reunió en mi casa y anunció al país la formación del Circulo de mujeres Poetas, con el maravilloso poeta, Abelardo Vicioso, como asesor.

Con anterioridad, el 17 de diciembre del 1984 (Nuevo Diario), Carmen Imbert había publicado su antológico ensayo La varona intelectual, en un suplemento que yo había creado llamado cantidad hechizada, adoptando una frase del poeta Lezama Lima quien afirmaba que la poesía, el arte, era una “cantidad hechizada.

Ya en 1983, ami regreso al país, yo había publicado un ensayo llamado La poesía dominicana, una demitificación necesaria, primer intento de cuestionar el canon literario que normaba la creación literaria femenina.

La historia de que aconteció con este grupo es larga de contar y la narraré cuando escriba mi anecdotario sobre la literatura nacional y sus personajes, donde el humor (siempre te recuerdo querido Jóvenes), pero también la infamia, no dejará de estar presentes.

Empero, ahí radican los antecedentes de un movimiento que surgió en el 2017 cuando la poeta Auristela Peña Solano y Michelle Ricardo, convocaron a Angela Hernández, quien esto escribe y la poeta Isis Aquino a un panel en el Centro Cultural de España, llamado “Las imprescindibles del cano literario dominicano”.

En ese panel, la poeta Angela Hernández planteo que no era necesario seguir hablando de la exclusión de las mujeres del canon literario sino crear un anticanonque rescatara y enfatizara los valores de laescritura escrita por mujeres.

Muy pronto, a las poetas Lauristely y Michelle se sumaron Petra Saviñón, Arlene Sabaris, Denisse español y Patricia Minaya, quienes organizaron en 2018 un Primer Ciclo de Literatura en Femenino, donde se partió de la definición de la escritora española Beatriz Suarez sobre el Canon actual: “masculino, blanco, burgués, heterosexual y occidental”, para plantear los valores de la visibilidad, justicia, equidad y excelencia en la literatura femenina.

¿Sus propuestas?: Ruptura del mito del barroquismo femenino (exceso de palabras); desafío y provocación; el cuerpo como espacio de auto rebeldía y conocimiento; la ironía y el rescate del “lenguaje soez y el humor”.

En el 2019, este grupo organiza el Primer Encuentro Nacional de Escritoras, con la participación de 60 escritoras, y ya para el próximo Encuentro hay inscritas 250, con delegaciones de la diáspora dominicana en USA y España y escritoras latinoamericanas. ¡Tremendo trabajo!
Esta apuesta a la visibilidad y justicia social también creó una Editorial, en el 2019.

Por: Chiqui Vicioso

luisavicioso21@gmail.com