Con la idea central de alcanzar el poder y retenerlo todo lo posible, el PRM ha desarrollado fuertes vínculos con poderosos aliados del narcotráfico para financiarse. Ha asumido consecuencias irreparables que perjudican su integridad y la del sistema, viciando cualquier garantía creíble.
Este maridaje le deja un sinfín de críticas, y la excusa de “responsabilidad personal de los hechos se diluye”. Y la verdad que la tolerancia de la gente hacia la corrupción en ese partido es asombrosa.
Cada día lo peor está por llegar a la familia política que gobierna, y i qué pena!, cuando el Presidente dispone de más poder, con un sólido apoyo del Congreso, en su partido, y no tan mala opinión en general, se destapan nueva vez estas alianzas que le hunden en la deshonra.
Ahora, ante esta catástrofe moral, los andamios que soportaron económicamente el edificio partidario, entran en una crónica de desprecio; no son necesarios. Aquellas fragilidades se superan desde el poder, sin embargo, era así, aunque lo nieguen.
No importa el comunicado absolutorio y condenatorio; las extradiciones y retención de grandes alijos, pues esto no da pie a defenderse vigorosamente pretendiendo relativizar y banalizar los delitos, o criminalizar todo el medio político.
La realidad palpable, escalofriante, y el ignominioso silencio, esa suerte de omertá, siempre impera hasta que la justicia de USA habla.

