Orto-escritura Semana

Aporte de María J. Rincón sobre lechosa/papaya

Aporte de María J. Rincón sobre lechosa/papaya

Debemos escribir lechosa con ese y no con zeta.

A propósito del artículo publicado el domingo 5 de marzo, titulado “Lechosa, con S, como lactosa, afrentosa y celosa”, hemos recibido un excelente comentario de la lexicógrafa María José Rincón. Ella lo tituló “Respuesta a Peralta sobre lechosa/papaya”. A continuación, el breve texto:

“Atinada y necesaria la reflexión de mi colega Rafael Peralta sobre la ortografía de la palabra lechosa. Espantoso es verla mal escrita a troche y moche en los supermercados. ¿De dónde habrán sacado esa espantosa zeta? Como bien apunta Peralta en la raíz de la palabra lechosa está la savia de consistencia y aspecto similares a los de la leche que brota de la mata de lechosa y también del fruto cuando está verde.

El mecanismo para formar la palabra es habitual en nuestra lengua: la raíz del sustantivo leche más el sufijo -osa. Este sufijo se escribe con ese y, por eso, debemos escribir lechosa con ese y no con zeta. Y una curiosidad más sobre la denominación de esta fruta y de su mata. La palabra patrimonial desbancó en el español dominicano al indigenismo caribe papaya, que se usa, con este significado y con algunos más, en el español de otros países americanos”.

La apreciación de María José, quien es miembro de número de la Academia Dominicana de la Lengua, ajusta como anillo al dedo. El interés por la ortografía de la palabra /lechosa/contribuyó a restar importancia a la voz /papaya/, un indigenismo antillano integrado al español general. La brillante académica lo destaca de este modo: “La palabra patrimonial (lechosa) desbancó en el español dominicano al indigenismo caribe papaya…”

El Diccionario de la lengua española ubica como de origen caribe el vocablo /papaya/ y lo define del siguiente modo: 1. f. Fruto del papayo, generalmente de forma oblonga, hueco y que encierra las semillas en su concavidad. La parte mollar, semejante a la del melón, es amarilla y dulce, y de él se hace, cuando verde, una confitura muy estimada.2. f. Cuba y Nicaragua. Órgano sexual de la mujer.

La doctora Rincón ha publicado recientemente su magnífico libro “Indigenismos antillanos”, bajo el sello editorial del Centro Cultural León. Esa obra fue dada a conocer al final del pasado año en la sede de la Real Academia Española, en Madrid. Más adelante se presentó en el Centro León, en Santiago de los Caballeros; y en Guatemala, durante la Semana Dominicana organizada por nuestra Embajada en ese país.

La publicación fue lanzada el dos de este mes en la Academia Dominicana de la Lengua, con un discurso del director Bruno Rosario Candelier y un coloquio de la autora con María Amalia León, directora general del Centro León.
De la obra mencionada, cito el siguiente párrafo:

“Entre los indigenismos antillanos que no tuvieron éxito en el español dominicano se encuentra papaya (ca), que curiosamente, ha sido desplazado por el término patrimonial lechosa, derivado de leche, en referencia a la sustancia lechosa que desprende el tallo de la planta cuando se corta. Simón registra el indigenismo con su habitual capacidad de observación de las nuevas realidades americanas”. (Pág. 97).

Termino con un párrafo del discurso de Rosario Candelier: “Su condición de española con formación lexicográfica, su vivencia de una intelectual aplatanada en tierra dominicana, le permiten a María José Rincón valorar la importancia de los indigenismos antillanos y ponderar, en sus expresiones léxicas, semánticas y socioculturales, como muy bien ilustra su valioso libro, con pertinentes ejemplificaciones, donde canaliza el tesoro léxico de la lengua taína con la pasión que brota de su sensibilidad lingüística y la sabiduría que fluye de su conciencia idiomática.

Podemos apreciarlo en Indigenismos antillanos, fruto de su talento lexicográfico, y también testimonio de su amorosa identificación con lo dominicano”.