Editorial

Arroz con mango

Arroz con mango

A las autoridades de la Universidad Autónoma de Santo Domingo les corresponde  esclarecer el extraño historial de la deshabilitada Administradora  de Riesgos de Salud (ARS-UASD) que a ojos de la opinión pública se presenta como una especie de arroz con mango, sin  registro de sus afiliados   en la Tesorería de la Seguridad Social (TSS) ni  en el Sistema  de Seguridad Social (SDSS).

Se menciona que la UASD nunca cumplió con el requisito de ley 87-01 que regula el sistema, de constituirse en empleador ante el SDSS ni  cotizó el 7.09 por ciento del salario de sus  servidores que sólo tendrían que cotizar el 3.04% de sus  sueldos, recursos que  debían ser depositado en la TSS, conforme  al artículo 140 de ese estatuto.

Si  en verdad la UASD nunca se convirtió en empleador, ni  cotizaba  la parte  que le correspondía en esa calidad ni tampoco depositaba  los recursos en  la Tesorería de la Seguridad Social, entonces puede decirse que la ARS que  administraba esa academia  poseía un  exagerado papel  de ente libre e independiente.

Los casi 20 mil empleados y familiares que durante años cotizaron en esa deshabilitada Administradora de Riesgos de Salud merecen que  las autoridades universitarias expliquen  el porqué del fracaso de  tan extraña autogestión y  las razones por las cuales no se tocó la voz de alarma cuando el déficit operativo acumuló deudas por 95 millones de pesos.

Ante un  escándalo como ese, las autoridades de la UASD presentan la  solución de siempre: que el Gobierno pague con dinero de los contribuyentes esos 95 millones de pesos y que todo marche igual, es decir  sin afiliación ni depósito de recursos por ante el Sistema Dominicano de Seguridad Social, lo que a todas luces resulta inadmisible.

Es difícil entender las razones por las cuales  se veda a los  empleados universitarios a  ejercer la libre elección de Administradoras  de Riesgos de Salud que ofertan sus servicios en el mercado, toda vez que es evidente que esa academia carece de capacidad financiera para solventar una ARS particular.

La Universidad Autónoma no está por  encima del bien ni del mal, por lo que  sus autoridades, si  desean  mantener en operación una estructura  burocrática  de gestión de servicios médicos, está en obligación de cumplir con la ley, sin ningún otro privilegio que los que señale de manera expresa la ley que regula el sistema. Los 19,685 afiliados a  la ARS-UASD no deberían conformarse sólo con la promesa de que la academia  solventará por sí misma sus  gastos hospitalarios, porque les asiste derecho de reclamar una explicación tan  amplia como sea posible de todo lo relacionado con ese arroz con mango.

El Nacional

Es la voz de los que no tienen voz y representa los intereses de aquellos que aportan y trabajan por edificar una gran nación