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Asesinato en PR de Luis Vigoreaux

Asesinato en PR de  Luis Vigoreaux

Luis Vigoreaux, considerado el más aclamado animador y productor de la televisión de Puerto Rico, fue brutalmente asesinado y quemado vivo en el baúl de su moderno carro Mercedes Benz, a mediados de enero del año 1983, hace 36 años. De inmediato comenzaron las especulaciones sobre el verdadero móvil del horrendo crimen.

Al poco tiempo, su viuda, la exquisita actriz de teatro y de telenovelas, Lydia Echevarría, fue señalada por el rumor público entre los sospechosos.

La pareja llevaba más de veinte años de matrimonio, pero Luis había iniciado el proceso de divorcio para casarse con la modelo y joven actriz Nidia Castillo.

Tres años después de la muerte de Vigoreaux, un jurado halló a Lydia culpable del crimen.
El comunicador dominicano, Nelson Castillo, residente desde hace años en Puerto Rico, y quien ha trabajado para diferentes medios en Nueva York y en la isla del encanto, aborda la historia de estas dos vidas marcadas por la tragedia y expone todos los incidentes relativos al proceso judicial que se prolongó por varios meses.

También recoge una amplia entrevista con Lydia, que se le consideró la más famosa prisionera de las cárceles puertorriqueñas.

En la década de los años 50 las radionovelas estaban en todo su apogeo. En San Juan, WAKAQ-Radio El Mundo, era una cantera de artistas. Diariamente, de 8 de la mañana a 6 de la tarde, decenas de actores y actrices se dedicaban a hacer las delicias de los radioescuchas con sus apasionados y románticos diálogos, que cautivaban a los puertorriqueños y también a los pueblos de la región Este, donde las frecuencias boricuas entraban de manera nítida.

En ese marco de trabajo se conocieron Lydia y Luis. Ella, una aventajada actriz que siendo adolescente obtuvo permiso especial para formar parte del Teatro Rodante de la Universidad de Puerto Rico; y él, un convincente narrador de las peripecias que se sucedían en las radionovelas, que captaban la atención de la generalidad de los puertorriqueños. Para la ocasión la Echevarría tenía formado su hogar con Fernando Cruz, con quien contrajo matrimonio en el año 1952. En tanto, la vida de Vigoreaux estaba unidad a Rosaura Lorenzana.

Ambos tenían hijos en sus respectivas relaciones.

Además de estas circunstancias, los matrimonios Cruz-Echevarría y Vigoreaux-Lorenzana mantenían estrechos lazos de amistad, como ocurría con otras parejas en las que algunos de los cónyuges formaban parte del ambiente artístico. Pero Luis no cesó en su propósito de conquista, y a principios de 1956,
Lidia se divorciaba con el objetivo ulterior de contraer matrimonio con el joven locutor, ya convertido en un experto animador de TV.

Establecido el triángulo con la actriz, Vigoreaux no se decidía a romper su unión con Rosaura, que agobiada por los problemas, radicó la demanda y obtuvo el divorcio por la causa de adulterio.
Años después, en 1960, Lydia y Luis unían sus vidas legalmente, y desde ese momento se establecieron como pareja profesional.

El ascenso artístico de ambos comenzó en los programas “La hora cero, que transmitía Telemundo. Otros programas que producían eran Luis Vigoreaux presenta, Sube, negra, sube, Dale que dale en domingo y otros. Ellos tenían dos hijas: Glendaly y Vanessa, a las que también el publico admiraba por sus habilidades artísticas, además de la fama y dinero que les rodeaban.

A mediados de 1973, Nidia Castillo entra a trabajar en el programa Pa´ arriba, papi pa´ arriba y la joven modelo muy pronto ganó la confianza del matrimonio, y en más de una oportunidad pernoctó en su residencia.

Glendaly y Vanessa le tomaron gran cariño, por lo que Lidia, una mujer sumamente celosa, la miraba con simpatía.

Tres años más adelante, Vigoreaux inicia una intensa aventura de conquistar a Nidia para de nuevo enmarcar su vida en un triángulo amoroso.

No es hasta el año 1980 cuando la Echevarría toma total conocimiento de la situación, pero ya era tarde.
La floreciente carrera artística desarrollada junto a su esposo había caído en un punto mínimo. Prácticamente estaban en la ruina.

Luis fracasó al trasladar sus programas de WAPA-Televisión, para meses después regresar a esta planta, pero en calidad de simple empleado. En 1981, Lydia y Luis se separan. La primera gran crisis sobrevino un año antes.

A partir de entonces una serie de acontecimientos tiraron por tierra todo lo que de ejemplar pudo tener ese matrimonio, y en agosto del mismo año, la veterana actriz radicó una demanda contra su esposo por intento de asesinato, alegando que le arrojó encima su automóvil Mercedes Benz.

No sería éste el único altercado que atraería la atención pública. Se produjeron muchos otros, alguno de ellos teniendo a su rival Nidia Castillo de coprotagonista.

Cuando Vigoreaux fue asesinado la noche de enero de 1983, la noticia consumió a Puerto Rico y muchos ojos acusadores se posaron sobre su viuda, que fue condenada a 208 años de cárcel, y en pleno tribunal Vanessa, una de las hijas de la pareja manifestó: “Lo que comenzó como un teatro, tenía que terminar igual”.

Glendaly, la otra hija, se suicidó de un disparo en la sien, luego de despedir a su esposo con un beso. Dejó escrita una nota donde pedía que si lograba sobrevivir no hicieran ningún esfuerzo por salvarla.

El Nacional

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