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Aún quedan huellas del huracán Georges

Aún quedan huellas del huracán Georges

En lo que era el sector La Barquita, en Sabana Perdida, las viviendas permanecieron semanas bajo las aguas. archivo

Veinticinco años después, el país recuerda con tristeza el huracán Georges, que el 22 de septiembre de 1998 azotó el territorio nacional dejando a su paso cerca de 300 muertos y cientos de miles de damnificados.

La desolación fue total. Comunidades incomunicadas debido a una gran cantidad de puentes, carreteras y caminos vecinales resultaron  destruidos, al igual que las plantaciones agrícolas.

Plantaciones de arroz, café, plátanos, cacao, y hortalizas quedaron inservibles, provocando pérdidas calculadas en unos 500 millones de pesos.

Datos extraoficiales indican que unas 190.000 hectáreas de cultivos alimentarios resultaron afectados.

Una situación similar ocurrió con el ganado y se calcula que el 15% de los animales en existencia para la época murió.

Peores desastres

 Georges, un huracán categoría 3, considerado como uno de los peores desastres naturales en la historia dominicana, tomó por sorpresa a las autoridades dominicanas, que no pudieron tomar ninguna medida preventiva para evitar los graves destrozos provocados por ese fenómeno.

 El huracán Georges entró al país con vientos de 200 kilómetros por hora e intensas lluvias que provocaron desbordamientos de ríos, cañadas y represas.

Cerca de 300,000 personas quedaron damnificadas, debido a que sus viviendas fueron destruidas o semidestruidas por los fuentes vientos y las lluvias, en las ciudades y en las zonas rurales.

Las provincias más devastadas fueron Santo Domingo, San Juan de la Maguana, Barahona, La Romana y La Altagracia, San Pedro de Macorís,  El Seibo y Hato Mayor.

En la capital, el tránsito vehicular quedó totalmente interrumpido, debido a la gran cantidad de árboles, restos de viviendas y cables eléctricos derribados por el fenómeno natural que, también, puso bajo agua a miles de viviendas.

Más  enfermedades

La aglomeración de personas en escuelas públicas, iglesias, centros comunales y otras edificaciones tomadas como  refugios, sobreviviendo con enormes carencias, provocó que proliferaran  enfermedades como la malaria y el dengue, diarrea, la conjuntivitis, la gripe y otros males que pusieron a prueba la capacidad de las autoridades de salud para enfrentar ese dantesco cuadro.

La industria y el comercio tuvieron grandes pérdidas, principalmente, por la gran destrucción causada por Georges en el sistema eléctrico nacional.

Reconstrucción

Para la reconstrucción del país, los bancos   Mundial (BM) e  Interamericano de Desarrollo (BID) desembolsaron al Estado dominicano sendos préstamos  de US$111 millones  y   US$105 millones, respectivamente.

Fueron invertidos  en la restauración de las obras de infraestructuras como caminos vecinales, carreteras y puentes.

  El país también contó con la ayuda solidaria de la comunidad internacional que hizo su aporte.

Mayores daños

Las provincias más devastadas fueron Santo Domingo, San Juan, Barahona, La Romana, La Altagracia, San Pedro de Macorís,  El Seibo y Hato Mayor. En la capital, el tránsito vehicular quedó totalmente interrumpido, debido a la gran cantidad de árboles, restos de viviendas y cables eléctricos derribados por el fenómeno que, también dejó bajo agua miles de viviendas a orilla de los ríos Ozama e Isabela en la capital.

Pilar Moreno

Pilar Moreno

Periodista de vasta experiencia en el periodismo educativo y político