En ocasión del Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo, es oportuno reflexionar sobre los avances significativos que hemos logrado en la República Dominicana en materia de inclusión y apoyo a las personas con discapacidad, particularmente aquellas dentro del espectro autista, así como reconocer los retos que aún enfrentamos para asegurar su plena integración y bienestar en nuestra sociedad.

Nuestro país ha avanzado en la creación de un marco legal y programas orientados a garantizar los derechos de las personas con discapacidad y mejorar el acceso tanto a la educación como a servicios de salud especializados. No obstante, la implementación efectiva de estas medidas sigue siendo un desafío, especialmente en lo que respecta a la educación inclusiva, el acceso a terapias especializadas y la integración laboral.

Reconociendo la necesidad de contar con datos precisos para la elaboración de políticas públicas más efectivas, depositamos ante la Cámara de Diputados un proyecto de resolución solicitando a la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE) incluir en el Censo del año 2022 métricas específicas para contabilizar a las personas con discapacidad física, cognitiva y con neurodiversidad.

Este es un paso crucial para entender la magnitud y las características específicas de esta población, permitiéndonos así diseñar e implementar políticas y programas más efectivos, dirigidos a mejorar no solo el acceso a servicios, sino también a crear condiciones óptimas para su desarrollo integral.

El diagnóstico temprano es un aspecto crucial. La capacitación de profesionales en el ámbito de la salud y la educación es fundamental para identificar el autismo a una edad temprana, lo cual puede marcar una diferencia significativa en el desarrollo del niño o niña.

Esto requiere un enfoque multidisciplinario que incluya no solo a especialistas en salud mental, sino también a educadores y trabajadores sociales.
El apoyo a las familiastambiénes esencial. Es necesario que cuenten con los recursos y la formación para atender adecuadamente a sus familiares con autismo. Las políticas deben contemplar programas de apoyo integral que aborden aspectos económicos, emocionales y educativos, dotando a las familias y cuidadores de las herramientas necesarias para crear un ambiente propicio.

Finalmente, es fundamental promover una cultura de respeto, aceptación y entendimiento hacia las personas con autismo. Esto implica desafiar prejuicios y estereotipos, y fomentar una narrativa que reconozca la diversidad y el valor único de cada individuo.

Por: Orlando Jorge Villegas

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