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Balance 2025 y perspectivas cristianas del 2026

Balance 2025 y perspectivas cristianas del 2026

Monseñor Jesús Castro Marte, obispo de la diócesis Nuestra Señora de la Altagracia.

Ante la llegada del nuevo año, conviene realizar una breve reflexión sobre el pasado, así como hacer pronósticos sobre lo que nos espera en el próximo. Los sentimientos que mueven a esta reflexión no pueden estar motivados por la añoranza, ni por un sentido de culpabilidad, sino con la intención de rescatar para el presente las fortalezas y debilidades de lo acontecido.

Ello nos ayuda a hurgar su origen, y así impulsar la senda que conduce al bienestar de la población.
De acuerdo con el informe oficial del Ministerio de Interior y Policía de República Dominicana, se ha registrado un avance importante en materia de seguridad ciudadana.

Las cifras muestran una disminución en los homicidios y otros delitos, lo que representa un resultado positivo de las políticas públicas que se han venido aplicando.

Este progreso también se ve respaldado por la entrada en servicio de los primeros egresados de los programas de formación en seguridad, quienes están desempeñando sus funciones en las calles, aportando profesionalismo, prevención y respuestas más eficiente a las demandas de la población.
En conjunto, estos logros reflejan el impacto favorable de las acciones institucionales dirigidas a fortalecer el orden público.

La corrupción
Por otro lado, el tema de la corrupción administrativa sigue marcando una tensión entre persecución y escepticismo ciudadano. Desde otro punto de vista, pululan las investigaciones y expedientes abiertos, continúan las denuncias en las redes sociales y en el Ministerio Público.

Hay una sensación de que hay casos en la justicia, pero hace falta cerrar procesos, lo que conlleva dictar condenas con una justicia seria, transparente, responsable y que el patrimonio descubierto en manos ajenas, en todos los niveles, sea devuelto al Estado de una forma íntegra.

La lentitud de la justicia, ya legendaria, se agudizó más durante el año 2025. Pero lo que realmente conmocionó al país y debilitó la confianza de los ciudadanos en sus instituciones fue la falta de control en sectores como: salud, educación, medio ambiente, entre otros que conlleva a la implementación de la corrupción.

Caso Senasa
Ya casi finalizando el año, la prensa y las autoridades judiciales nos revelaron el asalto cometido por unos desalmados a la salud de la mayoría de los dominicanos (sobre esto queremos respuestas contundentes y no chivos expiatorios).

Lo que bien se puede calificar no como un simple acto de corrupción, sino como un crimen de lesa humanidad por las consecuencias funestas que ocasionaron a millones de dominicanos que podrían llegar al extremo de morir por falta de los servicios de salud.

Hay que resaltar el crecimiento en la implementación de la justicia independiente, donde se han forjado los cimientos para crear una verdadera cultura sobre la palabra autonomía.

La secuela de los diferentes casos de corrupción, además de la tragedia humana, constituye una herida abierta en la credibilidad del gobierno que tardará mucho en cerrarse. Rogamos a Dios y a la Virgen de la Altagracia para que el próximo año sea de restauración de confianza y de buenas prácticas por parte de nuestro gobierno. Y para el pueblo dominicano, un año de bienestar para todos, en especial para los más necesitados, y en lo espiritual.

El gran deseo
Es que todos los sectores (empresarial, iglesias, sindicatos, gremios, familia, juntas de vecinos, entre otras) exista un vínculo sincero y franco de frente al 2026, para luchar por seguir creciendo en todos los niveles, especialmente económico, infraestructural, generación eléctrica y responsabilidad moral, a sabiendas de que el país es de todos y no podemos ser pesimistas y mantenernos de brazos cruzados.

Debemos sacrificarnos para superar las debilidades existentes; se hace urgente y necesario el cambio de las personas que dirigen algunas instituciones por otras que tengan capacidad gerencial para que las mismas sean más eficaces, que prime el interés general del país, no el particular o personal.

Geopolítica
A nivel de la geopolítica, se acumularon acontecimientos que bien pueden valorarse algunos como positivos y otros como negativos. En un mundo convulsionado donde la violencia presentó su cara más horrenda, como es el caso de la masacre de todo un pueblo en Palestina, la continuación de la guerra entre Rusia y Ucrania.

Como también en África donde está el más alto porcentaje de católicos perseguidos, así como la alteración del orden en diversos países de Latinoamérica, y a pesar de todo este acontecer, nuestra Nación vivió un año con gran estabilidad política.

Esa paz política nos permitió avanzar en nuestro desarrollo económico y social, inaugurar proyectos dentro de las áreas turísticas y de zonas francas, así como mejorar la infraestructura vial del país.

Lo negativo
Sin embargo, en los aspectos negativos del 2025 se hace necesario mencionar la revelación de actos de corrupción que conmocionaron a nuestra sociedad.

Entre ellos, la infiltración del narcotráfico en la política local: las nuevas denuncias sobre el alcance del dinero sucio de las drogas para influir en la elección de nuestros legisladores, nos mueve a una profunda reflexión.

El Dato

Nuevas demarcaciones
Por otro lado, la Iglesia Católica ha mostrado un rostro más esperanzador, creando una nueva demarcación, la Diócesis Stella Maris con monseñor Manuel Antonio Ruiz De La Rosa.

Así como la figura canónica de un arzobispo coadjutor en la persona de monseñor Tomás Morel Diplán en la Arquidiócesis de Santo Domingo, esto va mostrando un rostro más esperanzador con nuevos prelados con signos comprometidos al profetismo que nunca deben faltar en la comunidad eclesial.

La Iglesia se convierte en un actor importante en la defensa de la dominicanidad, la dignidad humana, los pobres, los marginados, la cultura, la promoción de los campesinos y el bien común.

Por: Mons. Jesús Castro Marte
Obispo diócesis de la Altagracia

El Nacional

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