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Bezos y el medioevo

Bezos y el medioevo

Chiqui Vicioso

Jeff Bezos, para quienes no le conocen, es el dueño de Amazon y hace poco realizó su sueño de ir a pasear al espacio, empresa que piensa abrir cobrándole a multimillonarios millones de dólares para llevarlos a darse su vueltecita por la estratosfera.

Mientras Bezos y sus amigos se dan ese lujo, la mitad de la humanidad fallece de hambre, los niños se llenan de ojeras y enflaquecen y los padres creen que una bruja en forma de animal se los está chupando de noche.  Esa bruja se llama anemia, pero los brujos de las lomas las llaman Bombas y solo en el campo donde hoy vive mi hermana “se han chupado” a siete niños”.

Mientras esto sucede, miles de jóvenes dominicanos se la pasan “chateando” por sus redes, hablando de superficialidades, o “las alegrías de la vida” de la revista Hola, con un recurso que podría contribuir a que miles de niños y niñas dominicanos no se mueran cada año de pura hambre, mientras los padres creen que es una bruja que se los está chupando.

No se qué piensa Roberto Fulcar, pero ser ministro de educación es algo mas que manejar el ministerio mas importante del Estado para que la población dominicana se eduque más allá de números y letras.  Es, literalmente, salvarle cotidianamente la vida a la población con informaciones fundamentales.

Hay que combinar la modernidad y el medioevo

La radio y la tv del Ministerio tendrían todos los días que tener programas de orientación para la familia dominicana, donde se ofrezcan alternativas a la nutrición de la población.  Se ha repetido hasta la saciedad que la moringa es la solución a la desnutrición y lo es, pero tienen que ser ramas con hojas de más de tres años de existencia.  La moringa tiene siete veces mas calcio que la leche y 23 vitaminas y minerales que en un té, una sopa, un arroz, son un complemento ideal.

Se habla del hígado de la vaca, que no es tan caro.  Hay que suplementar la comida escolar con hígado y hay que observar en las clases que niños se desmayan, cuales se deterioran y averiguar que comen.

En el campo se pierden las naranjas agrias, regadas por el piso, porque nadie ha enseñado que son la fuente mayor de vitamina C y que un jugo de esa naranja protege a sus hijos de todo tipo de enfermedades.

Y si hay que partir de la superstición para promover los cambios hay que hacer tres cosas:  colgarle una cabeza de ajo del cuello a los niños.  Poner un vaso de agua limpia debajo del lado de la cama donde duerme y aprenderse el Salmo 23.  Así se combinan los dos sistemas:  modernidad y medioevo.