Con el propósito de impedir la aprobación del proyecto de ley sobre educación sexual y despenalización del aborto, las autoridades eclesiásticas invocan toda clase de subterfugios, hasta el punto de afirmar que esta propuesta daría paso al matrimonio gay. «Estrategia impulsada por los organismos internacionales para controlar la natalidad».
ApeIar a estas conjeturas, es asumir que la homosexualidad es una condición nueva, que nunca ha existido y que los estrategas son tan ignorantes que obviaron que aunque para muchas parejas homosexuales la reproducción no cuenta, hay otros que son bisexuales y que pueden embarazar o quedar embarazadas, además, la tecnología permite implantar óvulos fecundados in vitro, en el útero.
La otra posibilidad que se infiere, es que la homosexualidad es una enfermedad contagiosa, y que el número de gais que optaran por la no reproducción, será tan numeroso que bajará la natalidad y la población dejará de crecer. La antítesis es que la homosexualidad no es una enfermedad, y el ser homo o heterosexual no es una decisión que la gente asume por inducción. ?O cree Usted que alguien puede cambiar su preferencia sexual? .
El matrimonio igualitario, tiene ya muchos años vigente en países tan religiosos como el nuestro (España, Argentina, México, Uruguay etc,) sin embargo no se ha reducido la natalidad por este efecto. Tampoco se ha evidenciado ningún efecto sobre el matrimonio heterosexual, ya que la gente sigue casándose y divorciándose igual que antes.
Si el matrimonio igualitario fuera una verdadera amenaza para la natalidad, todos los que opinan que la isla esta sobrepoblada apoyaríamos esta estrategia. Los que se sientan aterrorizados por la potencial reducción de la misma, siempre pueden repetir lo que sucedió en Paraguay que después de la guerra de la Triple Alianza en el 1870, cuando el país se quedó sin hombres, los curas no vacilaron en sacrificarse para que la nación Guaraní volviera a repoblarse.