El oro se ha convertido en uno de los principales refugios de inversiones ante la dilatada crisis económica mundial provocada por el coronavirus, lo que ha disparado su precio que hoy se sitúa en US$1,877.3 la onza troy, con expectativas de que alcance los dos mil dólares en las próximas semanas.
Es esa una buena noticia para República Dominicana, que figura entre los principales productores de ese mineral, que junto a las exportaciones de cacao, azúcar, café y tabaco procesado se convierten en contrapeso de la caída del turismo.
Barrick Gold, que opera la mina de Pueblo Viejo, declaró que en los primeros cuatro meses de este año adelantó al Estado unos 194 millones de dólares por concepto de impuestos directos, utilidades y regalías sobre ventas de oro y plata en 2019. La empresa dice que ha pagado más de dos mil millones de dólares en impuestos desde 2013.
El otro refugio para inversionistas internacionales es el bono del Tesoro estadounidense, que ayuda a que los fondos de inversiones se resguarden de la tormenta financiera causada por la pandemia y de la manifiesta debilidad del dólar, pero la inversión en oro garantiza mayor utilidad en el corto plazo.
Tal parece que en el corto plazo, República Dominicana tendrá que cobijarse en los ingresos por oro y plata y retornar a la mentada economía del postre, sostenida en exportaciones de tabaco procesado, cacao, café y azúcar, productos con cotizaciones al alza en los mercados internacionales.
Entre los commodities que contribuirían a aliviar el pronunciado déficit de la cuenta corriente de la Balanza de Pagos, figuran, además de esos productos tradicionales, guineo y cacao orgánico, aguacate, mango y vegetales cultivados en ambientes controlados.
El oro se erige como el buque insignia de las exportaciones nacionales, más aun cuando se estima que su precio podría superar en cuestión de meses los 2,300 dólares la onza troy, por lo que conviene que el nuevo Gobierno reenfoque sus perspectivas de negocios con la multinacional que extrae el mineral en Pueblo Viejo.
Al futuro inmediato de la economía dominicana le cabe bien el dicho aquel de que Dios provee, porque a la caída brusca del turismo, las inversiones y manufactura, le sobreviven la remesa y afloran con inusitado empuje el oro y la plata, custodiados por café, cacao, tabaco, azúcar, guineo, frutos y vegetales.