Esta tarde se inaugura formalmente la XXVIII Cumbre Iberoamericana con la esperada presencia de 16 jefes de Estado, de gobierno y vicepresidentes, lo que convierte a Santo Domingo en la capital de la democracia y del consenso iberoamericano.
Esa cumbre a la que asistirán representantes de 22 países de América Latina, España, Portugal y Andorra, abordará diversos temas de interés regional y mundial, entre los que se incluyen cambio climático, migración, economía e integración.
Se confirma la participación del rey de España, Felipe VI, los presidentes de Portugal, Marcelo Rebelo Sousa; del gobierno español, Pedro Sánchez; de Chile, Gabriel Boric; Colombia, Gustavo Petro; de Argentina, Alberto Fernández; de Cuba, Miguel Diaz-Canel; Ecuador, Guillermo Lasso; Mario Abdo, de Paraguay; Rodrigo Chávez, de Costa Rica; Luis Arce, de Bolivia y Xiomara Castro, de Honduras.
Serán notorias las ausencias de los presidentes de México, José Manuel López Obrador, quien ha delegado su representación en un secretario de Estado, y de Brasil, Inacio Lula Da Silva, quien ya tenía un compromiso de viajar a China, por lo que asistirá en su lugar, el canciller, Mauro Vieira. Todavía hoy se esperaba que Nicolás Maduro, de Venezuela, confirmara su participación.
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La Cumbre Iberoamericana se celebra por segunda vez en República Dominicana, una nación de solida vocación democrática y bien ganado liderazgo continental, donde sobran las calidades para promover consenso como fórmula de advenimiento o solución a problemas o conflictos como los que se abordarán.
En su discurso de apertura de tan trascendente encuentro de líderes iberoamericanos, el presidente Luis Abinader seguramente se referirá a los flujos migratorios y a la crisis de Haití, temas que afectan a la mayoría de las naciones representadas en esa cumbre.
La integración regional en los ámbitos políticos y económicos se erige, junto a la tutela del cambio climático, como puntos esenciales en la agenda de esa reunión, en la cual los líderes participantes intentarán consolidar mecanismos de cooperación y formas efectivas de intercambio comercial entre países de la región y de América con Europa.
Gobierno y pueblo dominicano deben ofrecer las más cálidas bienvenidas a los jefes de Estado, de gobierno, vicepresidentes, cancilleres, al alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores, cuyas honrosas presencias convierten a esta tierra de primacías en la capital de la democracia iberoamericana.
