Redacción Ciencia.- El uso de camas solares se asocia con un aumento de casi tres veces del riesgo de melanoma y los usuarios jóvenes sufren cambios genéticos que pueden provocar más mutaciones en las células de la piel que las personas que duplican su edad.
Un estudio que publica Science Advances indica que los usuarios de esos aparatos presentaban el doble de mutaciones y que estas aparecían incluso en zonas del cuerpo que no están muy expuestas al sol.
Bronceado en interior
Las personas de entre 30 y 40 años que emplean este tipo de bronceado en interior “tenían incluso más mutaciones que las personas de la población general de entre 70 y 80 años”, según el investigador Bishal Tandukar, de la Universidad de California en San Francisco (EE. UU.) y uno de los firmantes del artículo.
El equipo comparó los historiales médicos de mas de 3.000 usuarios de camas solares con la misma cantidad de personas de la misma edad sin antecedentes de bronceado artificial. Además, obtuvieron muestras de piel de 26 donantes y secuenciaron 182 células.
Antecedentes de quemaduras
El análisis de los datos, una vez ajustados por edad, sexo, antecedentes de quemaduras solares y familiares, reveló que el uso de camas solares estaba “asociado con un aumento de 2,85 veces en el riesgo de melanoma”, señaló en un comunicado la Universidad Northwestern (EE. UU.), otra de las firmantes.
Además, los jóvenes presentaban más mutaciones cutáneas que las personas que les doblaban la edad, especialmente en la zona lumbar, que no sufre mucho daño por la luz solar, pero que está muy expuesta a las camas solares.“No podemos revertir una mutación una vez que se produce, por lo que es esencial limitar el número” de las que se acumulan, y “una de las formas más sencillas es evitar la exposición a la radiación UV artificial”, dijo el también firmante del estudio Hunter Shain, de la Universidad de California.
Las camas solares, a nivel molecular, mutan las células de la piel mucho más allá del alcance de la luz solar ordinaria, según los autores.

