Amet
Señor director:
A la Autoridad Metropolitana de Transporte, Amet, le ingresaron cientos de nuevos agentes, y ahora está estrenando un nuevo jefe. Ese refuerzo debe tener por objetivo mejorar la calidad de los servicios que ofrece a la ciudadanía conductora de vehículos de motor y garantizar la seguridad del peatón en los espacios que le son propios como aceras, puentes peatonales y demás.
Aumentar la cantidad de agentes en esa desacreditada institución es importante, pero no determinante para los objetivos génesis y el cambio radical que necesitaría para hacerla efectiva y funcional, pues su deterioro es tal, que solo sirve para devaluar a sus directores, recaudar fondos poniendo multas a los conductores privados (por órdenes superiores), garantizarle el libre paso al Presidente de la República y a altos funcionarios civiles, militares y otros.
A la Amet se le atribuye estrategias discriminatorias y mal pensadas al colocarse ocultos en cualquier punto las vías para asechar y sorprender a sus selectivas victimas de supuestas violaciones a la ley de tránsito, pues de ese asecho están exentos los vehículos pesados con su manejo temerario, las guaguas voladoras, carros de concho y otros que raras veces son ni siquiera reprendidos por los Amet. Hace años venimos repitiendo que esa entidad solo recuperará su autoridad y su papel, con personal y formato nuevo, sin remiendo, cambiando hasta el nombre de la entidad.
No importa cuán duro amenace y actúe el actual incumbente de esa legión. No creemos en depuración ni reforma como han hecho algunos jefes de policías haciendo pantalla a la institución y a la población, pues solo sacan unos cuantos alistados y oficiales de bajos rangos sin tocar el alto mando de ese cuerpo policial.
Con esa Amet vivimos el más grande caos del tránsito vehicular de nuestra historia, y ese deterioro ha sido en su mandato con el apoyo y el descuido de sus agentes. Ellos legitimaron que los motociclistas pasen en rojo y que los vehículos transiten en vía contraria por cualquier calle, avenida y carretera, y que se parqueen en medio de la vía.
Todavía los paleros continúan asechando y atacando taxis y carros piratas para bajarles los pasaros y caerles a palos, piedras, tubazos etc. en presencia de los agentes de Amet. Los choferes improvisan inicios y terminales de rutas donde más les convenga. Era mejor la vieja policía de tránsito que se desacreditó pidiendo cinco cheles a los choferes que el caos que tiene Amet.
Atentamente,
Lic. Santiago Martínez