Espejo de Brasil
Señor director:
La presidenta del Brasil Dilma Rousseffganó su segundo mandato con una aceptable mayoría, cerca del 52% de los votos elegían nuevamente a la presidenta, pero marcaba para su opositor un porcentaje significativo que ponía de manifiesto una serie de retos que parece no tener complacida a una sociedad tan exigente como la del Brasil.
Acechada por su apoyo precario en el congreso, los fuertes problemas de la economía y uno de los escándalos más significativos de corrupción como el Petrobras, marcaban sin lugar a dudas un reto importantísimo que parece no cruzar con éxito en los momentos actuales. 47 políticos investigados, dentro de estos los presidentes de ambas cámaras, ex funcionarios y la autorización por parte de un tribunal supremo el cual autoriza a la policía investigar al ex presidente Lula Da Silva, le demuestran al Partido de los Trabajadores y a todo el sistema político del Brasil que la fuerza de los pueblos es indetenible cuando se dispone asumir los reclamos sociales.
En 3 ejes fundamentales puede mostrarse la dimensión de las protestas, las cuales han marcado un significativo deterioro para la imagen del gobierno y de la propia presidenta: 1) Juventud, 2) Redes Sociales y 3) Profesionales, que para cualquier político tradicional es devastador y extremadamente vinculante, para mandarlo al zafacón de la Historia.
Es precisamente este caso brasileño donde el Lic. Danilo Medina debe mirar, manejar con cuidado ciertos aspectos de la vida cotidiana gubernamental. Los escándalos en lo cual se han visto envueltos ex funcionarios y otros activos de la presente administración, pueden empañarle su gestión y posiblemente costarle el gobierno.
El caso más célebre es el de la Oficina de Ingenieros Supervisores de Obras del Estado (OISOE), que se extiende y es interminable, diseñada por una razón humana, pero también por el morbo político, la división, el reclamo y la falta de transparencia en algunos aspectos de la vida política gubernamental.
Parte de ese morbo ahora pretende mostrar responsabilidad absoluta al antiguo director de la OISOE, el Ingeniero Pimentel Kareh. ¿Acaso el actual director de la OISOE reconocía los contratos ganados en buena lid por los ingenieros, otorgados en la anterior administración? ¿Los pagos eran hechos con la regularidad que amerita cualquier proceso licitado? ¿Corresponde a una lucha de poder para llevarse todo lo encontrado sin mirar las consecuencias?
La diferencia con Brasil es que posee instituciones fuertes. RD no está lejos, por la presencia de tres ejes: Juventud, Redes Sociales y Profesionales.
Atentamente,
Lic. Rafael Linares
Abogado