Un golpe a Educación
Señor director:
Era Danilo Medina Sánchez, Secretario de la Presidencia 1996, cuando una decisión del PLD y de la Secretaria de Educación intoxicó al magisterio nacional, a raíz del ascenso al poder de aquel partido.
Ligia Amada Melo con el apoyo de la presidencia y de su partido, decidió desvertebrar el cuerpo magisterial aplicando el tóxico plan que retiraba o degradaba a todo funcionario que no fuera del PLD.
De ello solo se salvaban los docentes de aulas, y en condición de amenazados, los directores de planteles educativos.
Fue un golpe bajo, jamás intentado por otro partido ni gobierno de la vida democrática del país, ni siquiera los reformistas que no eran ni parecían democráticos
Cuando el PLD subió al poder, encontró miles de militantes y dirigentes peledeistas ejerciendo como funcionarios de Educación, pero una especie de aplanadora con voces y actitudes de turbaros de
“E’pafuera que van”, vació los puestos laborables de todo aquel que no era morado. Manifestación como esta, contra servidores del Estado, solo se había visto en el Central Rio Haina 1963 dirigida por Thelma Frías en el gobierno sietemesino del Prof. Juan Bosch. Los traviesos de 1996 formaban grupos y se dirigían a distritos y regionales de Educación a demandar que los funcionarios ajenos a su partido dejaran los cargos, mientras otros grupos perversos recogían firmas en demanda del mismo objetivo.
Aquella alocada y recalcitrante decisión de Ligia Amada y del PLD no respetaba méritos laborales ni antigüedad en servicio si no eran de los suyos. Degradaron y pusieron en pasiva con sueldos rebajados, a personas con 25 y 30 años trabajando para Educación.
De esa borrachera fue victima el Prof. Martínez, entonces director del Distrito 15/02 en Villa Juana, con 25 años en el sistema y una hoja de servicio sin mancha. Fue sustituido por Deolegario Tapia, técnico distrital de su confianza, en contubernio con Francisco Cruz Pascual, quien debutaba como Subsecretario Administrativo de Ligia Amada.
Fue un golpe bajo nacional, que dejó una herida profunda al sistema educativo, cuya recuperación está lejos todavía. Recordamos cómo una profesora de poca monta, dirigente zonal de ADP, ascendió a Asistente de Ligia Amada, y mas tarde ingresó a la cantera de botellas que por décadas dirigió la Cancillería de la República, a la cabeza de Carlos Morales Troncoso.
El presidente Medina, Ligia Amada y el PLD, saben muy bien el daño que le hicieron al sistema de enseñanza, y tienen la obligación moral de su mejoría, haciendo hasta lo imposible para resarcir aquel atropello, y devolver ética y armonía al magisterio. Deberían además, arrodillarse en todos nuestros estadios y pedir perdón al pueblo por aquel golpe bajo a la Educación dominicana.
Atentamente,
Lic. Santiago Martínez