Imperio de la ley
Señor director.
La palabra “Imperio de la Ley” al parecer es letra muerta para algunos funcionarios públicos, o al parecer la desconocen sin importarle los daños morales y económicos que esta actitud pueda provocar en los seres humanos. Decimos esto en virtud de que cuando el Sr. Presidente de la República deposita su confianza en alguien y lo nombra por decreto en un puesto de la Administración Pública, inmediatamente comienza a despedir empleados sin ninguna causa justificada y con largo tiempo prestando servicios en esa Dependencia Estatal alegando siempre el consabido “conveniencia en el servicio” y/o “ Reestructuración Interna”.
Esta introducción viene a referirse a la situación que venimos atravesando por hace alrededor de diez meses cerca de 300 ex empleados de la Oficina Supervisora de Obras del Estado (OISOE) cancelados en la administración del Ing. Francisco Pagan, a los cuales no les ha pagado los beneficios laborales que contempla la Ley No. 41-08 de Función Pública en sus Art. 60 y 98 y el Art. 138 del Reglamento No. 523-09. Dicha Ley da un plazo de 90 días para que se cumpla su mandato, sin embargo ya ese tiempo se ha sobrepasado y seguimos padeciendo la incertidumbre de no saber cuándo se dispondrá de esos recursos que por el tiempo que ha pasado ya están comprometidos con acreedores.
Finalmente queremos solicitar la atención del Sr. Presidente Constitucional de la República, a fin de que como persona civilista, de alta sensibilidad social y garante del Estado de Derecho que nos rige a todos los dominicanos, que intervenga ante este funcionario para que nos reconozca lo que por ley le corresponde a humildes padres de familia y a profesionales de la ingeniería y la arquitectura separados injustamente de sus puestos de trabajo.
Atentamente,
Rafael Leonidas Valera Sierra
Crisis hospitalaria
Señor director:
La situación que viven los pacientes que no disponen de recursos para buscar atención sanitaria en centros privados y que tienen que ir a los hospitales públicos es peligrosa y un riesgo permanente de muerte prevenible. Sin importar las simpatías políticas hay que unir las voces necesarias para una rápida intervención del Gobierno, para que los pacientes sean atendidos con la calidad que ameritan.
Atentamente,
Dr. Fulgencio Severino