Exilio

Señor director:

Se me estancó la vida por más de 10 años, viviendo en un país del Tercer Mundo llamado República Dominicana, mi país, donde nada funciona, donde todo es un engaño, un pueblo de 10 millones de ciudadanos. Un país gobernado por 48 ministros traicioneros.

República Dominicana, donde los ministros que componen el gabinete gubernamental administrativo coordinan cómo engañar a un pueblo ya castrado, con un congreso compuesto por desleales, traicioneros, oportunistas, que no les importa su país ni la patria que representan.

República Dominicana con un congreso de marionetas que no fiscaliza nada, que no hace legislaciones para beneficiar a las mayorías y sólo votan según la línea que le baje la jerarquía de sus partido, que cobraron el soborno para después repartírselos; de esa manera es que engaña al país y a sus 10 millones de ciudadanos castrados.

Ahora regresamos a la cuna de la democracia para reflexionar de nuestras experiencias de más de 10 años de sobrevivencia en un estado fallido, donde violar la Constitución y los derechos fundamentales es la regla, no la excepción.

Después de 10 año de coger pela residiendo en ese estado fallido, me regreso a un auto-exilio por los apagones, por los abusos de los representantes que sólo representan sus propios intereses, de los funcionarios indolente y mentirosos del gobierno, por las instituciones fantasmas, por las leyes de seguridad social que no funcionan, porque no las aplican, por los apagones generado por la avaricia de la mafia de electricidad, que no tienen misericordia y les roban al pueblo vía el gobierno corrupto que tenemos, por todas esas razones me refugio en un exilio en mi segunda patria, Estados Unidos de América.

Espero que algún día el pueblo castrado dominicano despierte, y sí tiene que hacer una Revolución Sangrienta, por ser está la única alternativa, estoy dispuesto hasta perder mi vida si fuere necesario por mi patria.

Pues siempre he creído como constitucionalista y creo en el logo «patria o muerte» algo que le falta al pueblo dominicano, el coraje y la valentía que reza en nuestro himno nacional.

Atentamente,
Ricardo Yvan Tejeda Guerrero