El hartazgo del pueblo
Luego de 18 años de gobiernos del PLD (14 consecutivos), 12 de Leonel Fernández y seis de Danilo Medina, el pueblo dominicano se cansó. El PLD se vendió como un partido serio, y uno de sus más altos dirigentes, Franklin Almeida Rancier, llegó a dividir a la sociedad dominicana en peledeistas y corruptos. Temístocles Montás, otro alto dirigente, pidió que le entregaran la Corporación Dominicana de Electricidad (CDE) y que en solo seis meses resolvería los problemas de los apagones, hoy, 18 años después, seguimos con la misma dificultad.
En los períodos en que el PLD ha dirigido los destinos de la nación no ha resuelto ni uno solo de los problemas nacionales. Hoy, los dominicanos para tener luz debemos comprar inversores; si queremos salud debemos tener un seguro médico privado; el problema de la seguridad ciudadana se resuelve contratando un servicio de vigilantes o comprando una arma de fuego; el transporte colectivo es un caos y si no se tiene un vehículo privado, estamos expuestos a múltiples dificultades para llegar a nuestro destino.
Además, la mal llamada revolución educativa es un engaño más y una forma de enriquecimiento ilícito que tiene el PLD; construyen escuelas donde no las necesitan, compran solares a un precio y obligan a los propietarios a firmar el documento de compra con un precio mucho más elevado y planteles escolares que no reciben los insumos para desarrollar de forma eficiente el proceso de enseñanza – aprendizaje.
A esto se suma que el acceso al agua es precario, a pesar de que la Constitución Dominicana consagra en su Artículo 15 lo siguiente: ¨El agua constituye patrimonio nacional estratégico de uso público, inalienable, imprescriptible, inembargable y esencial para la vida.
El consumo humano del agua tiene prioridad sobre cualquier otro uso. El Estado promoverá la elaboración e implementación de políticas efectivas para la protección de los recursos hídricos de la Nación”.
El aparato productivo nacional está destruido, pues no hay incentivo para el mismo, además de que las importaciones agropecuarias arruinan al productor mientras favorece la burocracia del gobierno y al gobierno mismo.
El PLD ha empobrecido al pueblo dominicano, a pesar de que según datos del Banco Central la economía crece cada año, pero el pueblo sigue más pobre. El supuesto crecimiento no llega a los de abajo, se queda arriba en las manos de la oligarquía, en las cuentas de bancos de los jefes del partido oficial y sus socios.
Gabriel Sánchez