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Televisión sin control

Señor director:
La televisión dominicana se torna cada vez más dañina para los niños, niñas y adolescentes de este país, sin siquiera una mirada crítica de una autoridad del gobierno, que se hacen de la vista gorda, son parte interesada o rechazan pisar la manguera a sus compañeros de clase social.

Desde el gobierno no hay preocupación por esta problemática que intoxica el desarrollo integral de estas etapas del ser humano. Por décadas se han venido criticando las escenas crudas, vulgares y tergiversadas que a cualquier hora se presentan por televisión, mientras la respuesta de las autoridades se repite, ´´que los padres vigilen a los niños cuando ven televisión,’ dando así pleno apoyo a los conductores de estos programas.
La mayoría de programas especialmente de variedad promueven sexo irresponsable.

Algunos se han convertido en escuelas de sexualidad sin reserva y sin prudencia. Programas anunciados para toda la familia no son aptos para niños/as y adolescentes. Conductores que atropellan el idioma español y exhiben competencia de quien se atreve más, quien es más vulgar, más técnico, o sabe más de prácticas de sexo que venden. Son maestros de la depravación. acciones eróticas, las mujeres se exhiben como especialistas aparentando lo que son, mujeres objetos, de escasos valores ni pudor. Actrices y actores irresponsables e indecentes en pública subasta. No hace mucho vimos a un emotivo conductor de un programa comentar en el aire con cuantas y cuales mujeres de ese medio se habían acostado con él, y cuales les faltaban. Ellos/ellas alientan y difunden el sexo al mejor postor y en cualquier escenario placentero y/o económico, sin observancia de espectadores, pues solo interesa aumentar seguidores y su riqueza que consoliden su poder.

Los barrios están llenos de la llamada música de calle, que invita al adulterio, al alcohol y a la droga. Son grabaciones hechas en callejones, promovidas en espacios donde niños y adolescentes las consumen sin pasar por el control de una autoridad competente.

Otro recurso didáctico son los muñequitos y humanoides adultos animados y las manos de sectores y personas que hasta reparten condones inclusive a preadolescentes. Una televisión que estimula e incentiva el sexo sin condición y a destiempo, que contribuye a que estemos en el techo de los países con más adolescentes embarazadas, tal como se ven en calles y hospitales, niñas con niñas/os al hombro o con un barrigón que delata su preñez a destiempo.
Atentamente,
ic. Santiago Martínez

El Nacional

La Voz de Todos