César Emilio Peralta (César el Abusador), quien ha vuelto a la palestra por la ruptura del acuerdo de culpabilidad que había suscrito con la justicia boricua alega que deshizo el compromiso porque fue engañado con falsas promesas.
Peralta habría admitido que traficó grandes cantidades de drogas a Puerto Rico, pero ahora aduce que la confesión fue tergiversada y que fueron falsas las garantías que le ofrecieron.
Desde que escapó de las narices de un aparatoso operativo en República Dominicana hasta que fue apresado meses después en Colombia el misterio ha rodeado los movimientos del presunto capo. No se sabe si en Puerto Rico, adonde fue extraditado desde Colombia, Peralta implicó a presuntos protectores en sus operaciones narcóticas.
En la solicitud de extradición que se había canalizado se señalaba que Peralta gozaba de protección en el país de funcionarios civiles y militares. Pero ese detalle, al menos que se sepa, nunca se investigó.
¿Qué le prometieron y no le cumplieron al presunto capo para que haya roto el acuerdo con las autoridades boricuas? Esa es la gran interrogante.

