Estudios internacionales aseguran que poseen características que provocarían cáncer en sus usuarios
Cada vez toma más popularidad entre los jóvenes dominicanos los cigarrillos electrónicos, adoptándolos como una nueva forma de fumar, a pesar de ser considerados por profesionales de la salud tan “dañinos” como el cigarrillo tradicional.
Los cigarrillos electrónicos consisten de una batería, una resistencia en espiral y un tanque que contiene líquido con sabor a nicotina, cuando son fumados, la batería calienta la resistencia y el líquido se convierte en vapor, que es inhalado como humo de un cigarrillo normal.
En nuestro país varias plazas comerciales cuentan con tiendas que venden estos cigarrillos al público.
Y puede observarse como crece su popularidad en centros nocturnos, como bares y discotecas. Y mucho de los jóvenes los usan también en espacios privados para evitar ser visto por los padres o parientes.
Este cigarrillo tiene un costo de 1,500 pesos siendo este el más económico, pues encima de este precio hay otro que su batería es más duradera.
La batería que se recargan con un cargador eléctrico y se rellena su tanque con un líquido que se convierte en un sabor con nicotina, puede costar desde 300 pesos.
Se inhala como el cigarrillo tradicional, pero con distintos sabores que cada marca ofrece. Según sus vendedores el cigarrillo tiene menos nicotina que uno normal sin su sabor.
Un joven de 19 años de edad consumidor de este cigarrillo, expresó que es más “divertido “que los normales, pues su sabor puede ser diferente, como chocolate, caramelo, vainilla, mora, limón, mango, piña… dependiendo de su gusto.
Públicamente en nuestro país no se ha conocido una campaña en prevención de un posible daño al ser humano o algún tipo de reglamentación para el uso común de este tipo de cigarrillo.
Los defensores de este producto lo presentan como una alternativa al tradicional para fumar con menos riesgos para la salud, o como terapia de reemplazo para dejar de fumar bajando progresivamente los niveles de nicotina, o para poder seguir fumando en lugares donde está prohibido, asegurando que contiene menos nicotina que los normales.
En Estados Unidos ocho senadores federales han pedido a la Administración de Alimentos y Medicinas que analicen nuevos estudios que sugieren que algunos cigarrillos electrónicos contienen cancerígenos peligrosos similares a los de los cigarrillos tradicionales.
Los legisladores demócratas dijeron que la FDA debería trabajar para proteger de los cigarrillos electrónicos a los usuarios y a quienes están cerca de ellos de posibles vapores que provocan cáncer.
Un estudio en diciembre del Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) estimó que 10% de los estudiantes de secundaria habían probado este cigarrillo que viene en sabores de frutas y cigarrillos tradicionales apuntan al consumo de los adolescentes.
La agencia estadounidense que regula los alimentos y medicamentos propuso reglamentar la venta de los cada vez más populares cigarrillos electrónicos, conocidos como “e-cigarettes” o, familiarmente “e-cigs”, en Estados Unidos , básicamente para prohibir su venta a menores de edad.
Sin embargo , según la agencia internacional, AFP , medio centenar de especialistas en tabaco, cáncer y adicciones o profesionales de la salud de países occidentales instan a la directora general de la OMS, Margaret Chan, a “liberar el potencial” de los cigarrillos electrónicos y de los productos del tabaco sin combustión.
“El potencial de estos productos (…) para reducir el peso de las enfermedades debidas al tabaquismo es muy grande, y estos productos podrían figurar entre las innovaciones más importantes del siglo XXI en materia de salud”, subrayan en una carta de la que consiguió copia la AFP.
Estos médicos muestran su “preocupación” por la asimilación de estos productos al tabaco porque “hará más daño que bien”.
Los profesionales firmantes consideran “contraproducente” prohibir la publicidad de los e-cigarrillos y otras alternativas de bajo riesgo al tabaco”.
Unos 1.300 millones de personas fuman actualmente y la OMS estima que el tabaco causará este siglo hasta 1.000 millones de muertos “prematuros y evitables”.
