The Matrix, 20 años después
Recién se cumplió el 20 aniversario del estreno de la película The Matrix, y la ocasión es propicia para realizar un replanteamiento de esta emblemática producción de ciencia ficción. El
film esta disponible para streaming en Netflix, YouTube y Amazon Prime. A continuación, un extracto del articulo que publicáramos a raíz de su estreno en 1999.
La película atrae y desconcierta; sugestiona y apasiona, y estremece. Muy rara vez se encuentra uno con historias que despiertan tanto interés y que encierran un sentido tan enigmático como ésta. Claro, no es que el filme sea un prototipo de originalidad, pues hoy en él una gran cantidad de influencias y referencias, fundamentalmente a cintas futuristas, que van desde “Metrópolis” (1926) hasta “Men in Black” (1997).
Pero repito, su historia es tan apasionante y actual; tan ortodoxa e irreverente y tan fantasiosa y “real”, que es prácticamente imposible no quedar absorto y prendado de ella. ¿Pero que es todo aquello, si no es en esencia la reiteración del encuentro fatal y milenario de la inacabada lucha entre el bien y el mal? Ahora, la pregunta es ¿de dónde proviene el mal? ¿de nuestro consciente o del inconsciente? ¿En qué plano tienen lugar estos hechos? ¿En el plano real o en el submundo imaginario que crea nuestra mente, a fin de conseguir un equilibrio con la otra realidad que está ahí ante sus ojos? ¿Y qué pasaría si ese ‘otro mundo’ se transformara en realidad, por medio de la inteligencia artificial de las computadoras?.
Pudiera decirse que este filme, ambicioso como el que más, y sólo hay que tomar en cuenta, sin tan siquiera mencionar su intrincada trama, que se ubica doscientos años más adelante (2199), se ha constituido en la gran sensación del año. ¿Cómo lo ha logrado? Con un poco de todo.
Tomando de aquí y de allá, y apoyándose en la exaltada, pero al mismo tiempo apropiada excentricidad de unos efectos especiales de primera línea.
Pero tenemos que estar conscientes de algo: “The Matrix” no construye su atractivo simplemente porque crea un mundo onírico, viaja a través del tiempo y se estaciona en las postrimerías del siglo XXII.
No, en él confluyen destreza narrativa y recursos d e elevado nivel técnico y una amplia diversidad de aspectos que incluyen la metafísica, la ciencia ficción, las telecomunicaciones, las computadoras, el kung fu, el cómic, el amor, y hasta lo mítico-religioso.
