El presidente Danilo Medina se ha unido al coro de voces que clama para que la justicia no libere tan fácilmente a los delincuentes, al señalar que las autoridades incurren en gran esfuerzo para capturar a antisociales, pero cuando son ingresados a las cárceles salen con mucha facilidad.

Cuando hasta el presidente de la República pone el grito al cielo ante una clara situación de benignidad judicial, puede decirse que el problema desborda ya parámetros judiciales para convertirse en crasa forma de impunidad.

Con su justificada queja, el mandatario ha puesto su conciencia y comprensión en la anatomía del ciudadano ordinario agobiado por una creciente delincuencia y criminalidad, cuyo auge no ha podido ser frenado por jueces penales, que se amparan en el absurdo de que la libertad es la regla y la prisión, excepción.

La verdad es que miles de individuos reincidentes en la comisión de crímenes y delitos han sido beneficiados con medidas de coerción que apenas incluyen la prestación de una fianza, a pesar de que son imputados de infracciones agravadas.

Tal y como señala el Presidente, las autoridades con frecuencia confrontan problemas para localizar, capturar y someter a la justicia a delincuentes notorios que amparados en subterfugios jurídicos salen de la cárcel con mucha facilidad.

Son muchos los casos de imputados beneficiados con órdenes de libertad que reinciden en la comisión de asesinato, asalto, robo agravado, violación sexual o violencia intrafamiliar, lo que indica que al aplicar medidas de coerción benignas, los jueces no valoran la peligrosidad del individuo.

No se vierta toda la culpa por tanta impunidad sobre el Código Procesal Penal, porque ese estatuto establece apremio corporal en perjuicio de justiciables sobre los cuales el juez entienda que pueden incurrir en la comisión del mismo delito que se les imputa o que no atenderían a los requerimientos de la justicia.

Esta vez, por tratarse del presidente Medina, se aspira a que la queja o denuncia sobre lo fácil que salen los delincuentes de la cárcel, llegue hasta el mismo estrado de la justicia y que a partir de hoy mismo los jueces dicten prisión preventiva contra todo aquel que incurra en violencia, delincuencia o criminalidad.