Con todo y que estaba prevista que las causales del aborto serían excluidas del Código Penal, feministas y distintos sectores no han dejado de levantarse contra el proyecto aprobado en primera lectura por el Senado.
Como un retroceso y una vergüenza calificó el Movimiento de Mujeres Trabajadoras la decisión de los legisladores, a muchos de los cuales acusa de traicionar su conciencia para estar bien con la Iglesia.
Con el ambiente que prima contra las causales se reduce a una excusa barata la posibilidad de que las excepciones para interrumpir el embarazo se discutan en otro momento.
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En apariencia el código que se ha aprobado representa una victoria de lo religioso sobre la salud, al margen de criterios como que la mujer es la dueña de su cuerpo.
La exclusión perjudica mayormente a las mujeres de escasos recursos económicos que no pueden costearse una salida al exterior a practicarse un aborto en caso de violación o de que su vida corra peligro por la malformación del feto.
Por lo regular se exponen en un matadero clandestino o con peligrosos brebajes. Así lo entienden los sectores que si bien aceptan la necesidad de un Código Penal más moderno y acorde con los nuevos tiempos rechazan exclusiones como la de las causales solo para complacer a la Iglesia católica.
Por el respaldo con que contó puede darse por hecho que el controversial proyecto también será sancionado en los mismos términos por la Cámara de Diputados.