Cójanlo

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Muertes suspicaces

 

La muerte en extrañas circunstancias de otro testigo considerado clave en la investigación del caso Odebrecht en Colombia rodea el proceso de un velo de misterio. No importa lo mucho que se haya avanzado para establecer responsabilidades sobre las operaciones de la constructora en la nación suramericana. Circunstanciales o como sean las defunciones son una deriva con suficiente ruido como para alarmar a la opinión pública nacional e internacional.

Hace menos de dos meses fue encontrado muerto el empresario Jorge Enrique Pizano, cuyo testimonio era tenido como clave para aclarar irregularidades en la asignación de una obra a la constructora.

Si bien la muerte de Pizano fue atribuida a un infarto, la alarma volvió a dispararse con el deceso por envenenamiento con cianuro de su hijo Alejandro Pizano Ponce de León al ingerir agua saborizada que estaba en el despacho de su padre.

Con la muerte del exsecretario de Transparencia de la Presidencia, Rafael Merchán, cuya declaración era considerada trascendental, las suspicacias hacen ola en el proceso por las operaciones de Odebrecht en Colombia.

El Nacional

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