Con curas como Máximo Rodríguez, párroco de la iglesia Las Mercedes, el Gobierno tiene otro poderoso frente. El religioso no le saca el guante de la cara, además de enarbolar con firmeza la bandera de la oposición.
En la misa auspiciada por el Partido Revolucionario Moderno (PRM) con motivo del 20 aniversario de la muerte del doctor José Francisco Peña Gómez, el párroco favoreció la exclusión de las conflictivas primarias del proyecto de ley de partidos políticos.
En otras palabras, que se deje a los partidos, como reclama la oposición, que decidan sobre sus procesos internos. Rodríguez, quien ha sido un crítico ferviente de las gestiones del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), aprovechó la ocasión para solicitar a la oposición que se una “si en verdad quiere llegar al poder”.
Lamentó la división de los discípulos de Peña Gómez, de quien dijo que el finado líder político no pertenece a nadie en particular, sino a todos los que luchan por la democracia.
Por más acostumbrado que esté a sus dardos, siempre con la punta envenenada, el mensaje del párroco no puede ser más amargo para la gente del Gobierno, a quien solo sabe criticar con dureza.