Opinión Articulistas

Colonialidad y racismo

Colonialidad y racismo

Narciso Isa Conde

En las entrañas de las potencias coloniales e imperialistas (europeas y norteamericanas) se han gestado drásticos niveles de odio racista y saqueo voraz contra el pueblo haitiano y sus riquezas naturales, con fuerte gravitación sobre la clase dominante-gobernante dominicana.

Odio desde una arrogante supremacía blanca, permanentemente alimentada aquí hasta “blanquear” la mentalidad de un pueblo predominantemente negro y mulato.

Esa aberración ideológica y esa voracidad imperial perduran todavía, registrándose en los últimos años, y sobre todo en el presente, altísimos niveles que anuncian tragedias impregnadas de intensos y destructivos niveles de violencia.

En nuestro país, vecino de Haití, la policía nacional, las fuerzas armadas, el sistema educativo, las instancias culturales, las elites capitalistas y sus fábricas de producción de ideas han sido infectada por ese veneno, el cual se difunde profusa y sistemáticamente con el aval estatal y la mayor impunidad.
Los partidos del sistema compiten a quien es más anti-haitiano y a quien auspicia la mayor crueldad en el trato a los/as migrantes haitianos-/as y sus descendientes. Estado y gobierno han sido asaltados por esa manera de pensar y actuar, cuando no chantajeados por un seudo-nacionalismo fascistoide.

El presidente actual, Luis Abinader, conservador de tomo y lomo y pro-imperialista impenitente, exhibe una agresividad anti-haitiana y una sumisión a EEUU que rompe récords pasados en materia de xenofobia.

Llama a intervenir militarmente a Haití y obvia las consecuencias funestas de las anteriores invasiones gringas. Presenta al pueblo haitiano como invasor y silencia el rol imperialista de EEUU. Hostiliza y reprime constantemente la migración haitiana y a descendientes de familias haitianas. Obvia la rapacidad neocolonialista de EEUU y de las élites capitalistas de la isla, e incluso la estimula.

Todo esto, junto al machismo patriarcal, nutre a su vez diversas corrientes neofascistas que ya se mueven con descaro y exhiben ciertos tonos paramilitares con evidente protección de sectores de poder.

Mientras… el clima mundial, cargado de violencia racista, gansterismo capitalistas, neofascismo, mercenarismo criminal y guerras de conquista a cargo de la OTAN y de las élites del mundo supuestamente civilizado: EEUU, Canadá y la vieja y «culta» Europa Occidental… ha favorecido la conformación de este peligroso ambiente en neo-colonias como República Dominicana.

Solo que ahora la tortilla se está virando. EE UU marcha hacia abajo. El occidente neocolonial declina y es oportuno por tanto renovar los esfuerzos por cortar esta ruta trágica en esta isla, condenar la reciente invasión criminal-mercenaria de Trump y Erik Prince y multiplicar la solidaridad para con el vilmente castigado pueblo haitiano.