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Como cada Domingo

Como cada  Domingo

Cocote

 

Más allá de las crónicas y críticas locales e internacionales sobre esta película de Nelson Carlo de los Santos, el verdadero valor de Cocote no es solo cinematográfico. Se trata de mucho más que lo que puede ser anunciado.

Se trata de un proyecto que plantea un cuestionamiento serio, profundo y ejemplar a la manera en que se hace (nacional a internacionalmente ) el cine de acuerdo con fórmulas preestablecidas para agradar, sucesivamente, al público con un facilismo lúdico (sin desmeritar para nada las verdaderas y buenas comedias que ya estamos haciendo), para complacer la taquilla y para satisfacer la industria, incluyendo los criterios singulares de lo que los grandes festivales de cine importantes esperan de estos países tercermundistas, porque existen posturas desde algunos festivales, sobre lo que deben presentar los países “pobres”.

Nelson Carlo de los Santos, quien encabezó esta semana una concurrida y emotivo encuentro con los medios, en una de las remodeladas salas de Palacio del Cine, evidencia por qué inició su formación académica, estudiando literatura creativa en la Universidad Unibe, para luego estudiar cine en la Universidad del Cine de Buenos Aires y en Los Ángeles.

Hacer Cocote fue una odisea: luego de ganar la III convocatoria de Fonprocine, de la Dirección General de Cine, tuvo que aplicar a fondos de Ibermedia y otras instancias internacionales, para lograr los pocos fondos (millonarios sin duda) para poder ser terminada…tras lo cual, algunos inversionistas privados nacionales se decidieron a completar su presupuesto.

La cinta pinta ser el fenómeno cinematográfico de 2018, a pesar de no contar con un gran presupuesto publicitario, porque es un referente nuevo por tema, que toca transversalmente las cuestiones de la fe y la religión, sin tomar partido y dejando que todo el mundo exprese sus creencias y dogmas.

Se estrena en el cierre del XI Festival de Funglode, el 30 de este mes y llega a los cines el 1 de febrero.
Hay que promover Cocote. Ese es mi llamado dominical.