Semana

Como cada domingo

Como cada domingo

Soberanos somos todos.-

Los premios Soberano son un patrimonio de nación y su rol trasciende el tumulto variado, justo o injusto, de las polémicas, ya superficiales, ya con sentido que invariablemente le suceden.

Los Premios Soberano han dejado de ser solo un proyecto gremial insignia de la Asociación de Cronistas de Arte de República Dominicana.

Tampoco son solo una estrategia de vinculación a buena imagen de la Cervecería Nacional Dominicana. Pueden tener el signo de ambas defunciones, pero su trascendencia es mayor.

Pueden ser eso, pero exceden esos criterios. Son unos premios en torno a los cuales debería primar la unidad total de los cronistas de arte, por lo crucial de su importancia y lo fundamental de su objetivo.

Estos galardones son parte de una identidad nacional, por encima de quienes sean los titulares de su Comité Ejecutivo. Y por ello, merecen todo el respaldo, siempre.

Los galardones más importantes al arte nacional (clásico y popular) demostraron con su entrega 35 que son un patrimonio del país que convoca la mejor y más positiva expresión de esta nación: su arte, su cultura y unido a la responsabilidad social de su liderazgo empresarial.

Con estos galardones lo que guarda el país es un patrimonio bien común que debe ser defendido, promovido y analizado para que las fallas advertidas sean superadas y no se repitan nunca.

Lo que vimos, sumados sus aspectos positivos y negativos, se resolvió en una de las mejores presentaciones de toda la historia del galardón,
El Soberano 2019 ha de pasar a la historia como una de sus ediciones mejor logradas, manejadas con mayor esmero e inteligencia, despliegue de talentos de expresiones artísticas altas y diversas, con un matiz social y emotivo trabajado a fondo y con una clara perspectiva de lograr un referente nuevo. Y parece que se ha logrado.

Se impone un reconocimiento tanto a la directiva de Acroarte, como a la Cervecería Nacional Dominicana y al productor Alberto Zayas y su equipo, que lograron un espectáculo de gala que debe ser bien recordado por siempre. Los debates y las polémicas, parte integral de su esencia, son material de hoguera, en función de su historia.