Ni El Alfa ni Tokischa
El problema no es ni Toshika ni El Alfa. Ni Farruko, ni el otro ni la otra. Ni siquiera se trata del sentido de oportunidad de un mensaje de felicitación presidencial a un artista que llena un prestigioso escenario internacional. No. Lo estamos viendo mal.
Estos artistas han canalizado su talento por el facilismo simplista, la exaltación de los gustos “populares” que se han insertado en un sistema mucho más complejo, que socialmente compromete muchas otras responsabilidades que superan la crítica moralista y coyuntural.
Tendremos artistas con estos mensajes mientras haya gente dispuesta a promoverlos y defenderlos desde los propios medios de comunicación y gente capaz de detenerse a escucharlas.
La música urbana, como todas las demás expresiones, es un medio que puede canalizar arte musical de calidad o trascendencia, todo dependerá de la preparación, de la formación y del talento.
Hasta ahora, la mayor parte de esa lírica de los cantantes urbanos de mayor incidencia, es lamentable, por decir lo menos. Y existe con la indiferencia irresponsable de quienes no se atreven a exponer lo que cantan estos muchachos.
Pongo ejemplo: El cantante urbano Emanuel Herrera Batista , nacido 18 de diciembre de 1990, mejor conocido como El Alfa o El Jefe, uno de los máximos exponentes del Dembow, “se pegó” por los temas Coche Bomba y El Alfa. Citamos sus letras, localizables en internet con solo poner “Letras de El Alfa”:
“De la mamá, de la mamá, de la mamá, de la mamá.
Dame una mamadita, que está tan rica
“A la’ mujere’ de ustede’ se la’ echo adentro y le’ sale un chichón (wuh)
Mira, mira la manilla, el bolsillo tiene un chichón
Me gustan las mujere’ mala’ que sean ratatá como chica (sic) Da Silva
Prepare la hookah y también me la sirva
Que lo escupa, que ya no sirva
Paola también me llamó, que le dé
Que me están esperando en el bote
Lo’ cuarto’ que tengo son mucho’
Lo’ tuve que guarda’ en lingote’ (prr)”.
Sin pegar los diente’, como abuelita
Mamaíta, que está tan rica
Sin pegar lo’ diente’ como abuelita”
Sin dudas que se hace necesario desarrollar un debate sobre la lírica actual de esa música de alto consumo, procurando reorientar sus temas.
No se trata de excluirlos, de censurarlos, de condenarlos. Hay mucha irresponsable actitud ciega provocada por los mecanismos del mercadeo.
Acroarte y Adopae (dos instituciones que agrupan respetables cronistas de arte popular) deberían prestar atención al tema. Acroarte debe afinar sus criterios para su premio Soberano y Adopae impulsar eventos de análisis y revisión del fenómeno.